
DE LOS EDITORES: Compartimos una reflexión de Miriam Miranda, presidenta de la Organización Fraternal Negra Hondureña, OFRANEH, sobre el trabajo que se encuentra realizando en torno a la emergencia por el COVID19. Es una transcripción de una entrevista que se le hizo en Radio Temblor. Resaltamos el esfuerzo comunitario que se está haciendo en Honduras, a pesar del abandono del Estado.
Publicado originalmente por: Radio Temblor de Panamá
Estamos viviendo momentos que nunca creímos que nuestra generación viviría. Estamos enfrentando una pandemia parecida a la de hace muchos siglos, en esas pandemias en que murieron tanta gente, millones de personas. En este momento no está muriendo millones de personas, pero no hay un registro…
Hay que reconocer que no estamos preparados y preparadas como humanidad para enfrentar este coronavirus. Ni el sistema más perfecto de salud tiene capacidad para enfrentarlo, los países del norte, por ejemplo. Pero no solamente porque no tenemos la capacidad de enfrentarlo, sino que los patrones y el sistema de vida, que hemos venido realizando nos hace más vulnerables a la humanidad; porque es un patrón de vida y una modelo de vida aún que no solamente es irrespetuoso con la naturaleza. Como seres humanos y humanas hemos pensado que estamos por encima de los demás seres vivos. Ahora vino un virus que nos ha confinado a las casas y lo único que se mira a nivel planetario es: Quédate en tu casa.
Este momento es una receta que, por supuesto, funciona de alguna manera para que no se propague el virus. De hecho esa es la receta que se nos ha recomendado a nivel planetario. Lo ideal sería que contáramos con todos los recursos para enfrentar una pandemia como ésta.
Si hemos avanzado tanto en la tecnología, ¿por qué la humanidad estamos muy vulnerabilizados? Simple y sencillamente porque hay áreas, como el caso de la salud, en las que menos se invierte, y si se invierte es para montar hospitales privados, que sólo pueden salvar la vida de la gente que tiene recursos financieros.
Este COVID-19 nos está realmente demostrando y mostrando, está desnudando definitivamente lo que es la verdadera cara de un sistema de salud colapsado, destruido, secuestrado a nivel planetario. Un sistema de salud que definitivamente no está preparado para salvaguardar la vida de la humanidad, de los seres humanos. Un sistema de salud que muestra cuán importante es que tengamos nuestro sistema inmunológico fuerte, preparado para las enfermedades y para las pandemias como la que es el COVID-19.
En ese sentido y en esa lógica, queremos compartir, desde la OFRANEH, lo que hemos venido realizando en los últimos días, en las últimas tres semanas; desde el 17.
Centros de Atención
Como una respuesta y como salvaguarda de nuestras comunidades, inmediatamente desde el día 17 comenzamos a crear los Centros de Atención al COVID-19 dentro de nuestras comunidades. Es decir, se comenzaron a crear redes dentro de la comunidad para organizar la respuesta de la comunidad ante el COVID-19.
Es una respuesta comunitaria, no individual. Una respuesta que involucra a líderes comunitarios pero mujeres también que desde su casa se ofrecen para ser parte de un equipo de trabajo para contener la entrada del virus a las comunidades Garífunas.
Ha sido un trabajo maravilloso, realizado por grupos y equipos en 18 comunidades, y estamos seguros que van a seguir sumándose más comunidades. Desde esos centros, se ha venido realizando algunas de las siguientes actividades:
Se han elaborado y distribuido mascarillas
Queremos mencionar el hecho de que hay una campaña diciendo que estas mascarillas que son elaboradas tejidas por las mujeres, no protege. Es posible que no protejan un 100%, no lo dudamos, porque no están elaboradas en empresas. Pero en las comunidades no hay nada, en los centros de salud… O sea es increíble que en este país, por ejemplo, no haya ni siquiera mascarillas ni equipos en los hospitales grandes, y mucho menos en los que son los centros de salud que están dentro de nuestras comunidades.
Entonces las mujeres decidieron comenzar a elaborar su propia mascarilla para distribuirlas dentro de las comunidades y dentro de otras comunidades donde no se pueden elaborar o que no tiene las condiciones para hacerlo. Es así que, por ejemplo, en un gesto hermoso, desde la comunidad de Limón se enviaron mascarillas con las autoridades de salud para la comunidad de San Fe. Que no nos vengan con que no sirven.
No sirve y no protegen a ellos. Porque esos con las mascarillas que lucen, por ejemplo, y que portan en la calle supuestamente para militares, esas son mascarillas a las que no tienen acceso las comunidades. Y ahora hemos visto que ni siquiera el personal médico de este país no tiene los equipos básicos, para atender a la población.
Fumigación preventiva y fortaleciendo el sistema inmunológico
También hemos fumigado dentro de las comunidades, se han hecho equipos de fumigación para la comunidad, integrada sobre todo por jóvenes.
Algo hermoso ha sido la elaboración y distribución de té, a las personas adultas para seguir fortaleciendo, y no solamente las personas adultas, a todas las personas para fortalecer el sistema inmunológico. Se han recolectado plantas medicinales dentro de las comunidades para llevarlos a los centros, elaborar los té, y esa es una forma importante de recordar la necesidad de lo que se ha dejado por fuera. Ahora todo son bebidas con colorantes, que solo es color y que tiene mucha azúcar, y que nos destruye el sistema inmunológico, que nos mata.
También nos han servido estos centros para levantar información de las enfermedades que más padece el pueblo Garífuna, que estas enfermedades los vuelven más vulnerables para el COVID-19.
Protegiendo las fronteras y trabajo de difusión
Dentro de las comunidades, en la mayoría de las comunidades se integraron equipos de resguardos, para tener un control de quién entra y quién sale. También para salvaguardar la comunidad, para que no entren otras personas que vengan de otro lado sin la seguridad que debe merecer, y para que no se propague el virus dentro de las comunidades.
Se ha desarrollado un trabajo de difusión, dentro de las mismas comunidades, pegando cartulinas, hablando con la gente de las pulperías (tiendas) que tienen que protegerse. Se han elaborado y distribuido gel (desinfectante). Se siguen trabajando dentro de la comunidad fuertemente para contener.
Redes barriales de comunicación
Yo creo que es importante reconocer que sin las redes comunitarias y sin las redes barriales y sin las redes en la misma casa, con las otras casas, es imposible poder contener el coronavirus. ¿Qué significa eso?
Si bien es cierto lo que han hecho es confinarnos a nuestras casas—y el sistema más perfecto en este momento para los gobernantes del mundo es quédate en casa—creemos que hay que utilizar la posibilidad y la necesidad de hacer respuestas colectivas comunitarias de contención del coronavirus.
Nos preocupa enormemente algunas cosas. Una, que en Honduras la atención del coronavirus, la respuesta no está en manos del sistema de salud, está en manos del ejército y la policía. Y en ese sentido, si no hay una estrategia sanitaria desde el sistema de salud para enfrentar el coronavirus, no veo que podamos salir fácilmente de esto.

Por otro lado, realmente no se invierten los fondos que han sido aprobados por el Congreso Nacional, para dotar de equipamiento a los hospitales, y sobre todo respiradores, y todas las necesidades que existen para el coronavirus. Aquí veo que puede pasar una catástrofe en Honduras, y eso sería premeditado, porque no ha habido una respuesta del estado, coherente, para enfrentar el coronavirus.
Hay mucha desinformación por un lado, pero por otro lado no existe una estrategia del estado. No existe porque no hay interés. Pareciera que el único interés es que disminuya la población.
Y no quiero dejar de mencionar el hecho de que desde los centros también vamos a distribuir comida, ya hay en tres centros comida, alimentos, que ya se compraron, y van a ser distribuidos a familias más necesitadas dentro de las comunidades. Esto no va a ser una respuesta permanente, y por otro lado hay una situación grave, el desabastecimiento que va a haber en las próximas semanas o meses en este país.
Eso nos llama a la reflexión que hacíamos desde hace días sobre la necesidad de retomar el sistema productivo, desde nuestras casas, nuestros territorios, que se debe proteger.
Yo me pongo a pensar en este momento, y si se acaba el arroz, los frijoles que están resguardados en este momento que todavía hay en las bodegas grandes, o en los silos o en esos centros. ¿Que va a pasar, si en unos dos o tres meses, cuando exista un desabastecimiento fuerte? Y estoy hablando de meses, puede ser el próximo mes. ¿Qué va a pasar con el pueblo hondureño? Cuando todos los países están también resguardando los alimentos que tienen embodegados. O sea estamos en una crisis, ante una crisis mayúscula, ante una crisis sin precedentes.
En este momento nadie puede salir a producir, a sembrar, todo mundo tiene que estar en su casa, pero no nos hemos preparado, como hacen muchos, y algunos animales a los cuales despreciamos. Muchos guardan comida para mañana, almacenan comida para mañana, algunos hasta por meses y años, y nosotros no lo hacemos. También, muchos y muchas en sus territorios, guardan comida para meses, esas personas van a tener la posibilidad de pasar meses sin salir de su casa. ¿Que va a pasar con los que no tienen comida guardada? Compañeros y compañeras, esto es catastrófico.
Por eso como organización, desde hace más de 15 días, instalamos una red a nivel nacional, para trabajar conjuntamente, pero también diseñado una estrategia para enfrentar esto, esta pandemia, esta situación. A mediano plazo y a largo plazo. Porque esta es una situación de la que no vamos a salir mañana, ni pasado. Eso está claro.
Y en Honduras tenemos que luchar fuertemente para que no haya una mortalidad alta, y que no pase como lo que está pasando en Guayaquil, Ecuador, por ejemplo. A los muertos nadie los recoge, están a pleno sol, hasta 4 días después llegan a recoger los cuerpos. Estas cosas son terribles, horribles pues.
Y uno se pregunta, ¿por qué es que supuestamente hemos avanzado la humanidad, cuando no podemos ni siquiera enfrentar un virus que nos está matando? Y por eso es necesidad de reflexionar, ¿qué es lo que nos está enseñando esta pandemia? ¿Qué no estamos haciendo bien? ¿Qué estaríamos, qué deberíamos estar haciendo? Lastimosamente, nos estamos enfrentando una situación y es una lección muy dura.
Eso quería compartir con ustedes, buenos días, hermanos, hermanas, compañeros, compañeras a nivel nacional e internacional, también alrededor de lo que estamos haciendo el pueblo Garífuna en Honduras y que estamos invitando a todo mundo, a toda la gente, a todos los sectores mujeres feministas, campesinas, campesinos, población LGTBI, obreros, pobladores de los barrios. Todo mundo, que hagamos algo, aunque sea desde nuestras casas.
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