Opinión editorial de Awasqa

El gobierno boliviano celebró el Día de la Madre Tierra el 22 de abril con el evento «Re-encuentro con la Pachamama» como un esfuerzo por impulsar políticas que tipifiquen leyes por los derechos de la Madre Tierra y en contra del ecocidio. Sin embargo, no logró safarze de la controversia de políticas extractivistas y de agronegocio impulsadas bajo gobiernos pasados, incluyendo 13 años de gobierno bajo Evo Morales.
El evento fue organizado bajo tutela de la vicepresidencia de David Choquehuanca, Ministro de Relaciones Exteriores del 2006-2017, y cuyo liderazago fue fundamental en la creación del partido Movimiento al Socialismo (MAS) y la adopción del «Vivir Bien» como parte de su agenda política. Una agenda que no llegaría a traducirse en políticas de sustentabilidad post-desarrollo.
El evento incluyó reconocidas/os panelistas como lo son el filósofo y escritor Rafael Bautista, Vandana Shiva, NNimmo Bassey, el Secretario General de las Naciones Unidas António Guterrez, y el Ministro del Exterior de Venezuela Jorge Arreaza Montserrat, entre otros. La presencia de Venezuela en el evento, en particular, marcó una notable reintegración de Bolivia a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA). Esto tiene una importancia política como rechazo absoluto al efímero intento de ascenso al poder de la derecha, pero también como una resucitación de alianzas de los llamados gobiernos «socialistas del siglo XXI».
Aunque el evento intentaba realzar un discurso ecológico, el movimiento y organizaciones ambientales alertaron sin demora que el gobierno de Bolivia bajo Luis Arce no puede continuar promoviendo un discurso pro-Pachamama, anti-imperialista y continuar al mismo tiempo su dependencia en un desarrollo extractivista. Este tipo de doble discurso está colocando a todos los gobiernos de izquierda de Latinoamérica en conflicto directo con los defensores del agua, la tierra y el medio ambiente.
El Re-encuentro fue oportunidad para presentar dos importantes propuestas de ley: una para tipificar los derechos de la naturaleza y otra contra el ecocidio. Sin embargo, cabe recalcar que no es la primera vez que se promulga dicha legislación. La Ley de los Derechos de la Madre Naturaleza fue promulgada en el 2010 pero nunca llegó a concretarse su Defensoría, por lo que nunca fue implementada, como lo señaló Pablo Villegas, investigador del CEDIB (Centro de Documentación e Información de Bolivia). La Pachamama, incapaz de hablar por sí misma, y sin la debida representación legal, nunca lograría concretar una defensa frente la corte, dejando por ende la ley nula e ineficiente. Una «Ley sobre el Ecocidio» que criminalizaba la destrucción masiva de ecosistemas naturales fue ya puesta sobre la mesa tanto en el 2016 como el 2017, pero socavada por la administración de Evo.
El CIDES-UMSA publicó recientemente un listado de todas las leyes extractivistas y de agronegocio que fueron promulgadas bajo el largo ciclo del gobierno del MAS, y que además, no han sido aún abolidas. Entre ellas, leyes que permiten el desmonte y quema de las tierras que generaron una crisis ambiental sin medida en Bolivia durante y después del gobierno de Evo.
No es casualidad que los discursos oficiales promulgados durante el Re-encuentro, exigiendo un fin a las posturas etnocentristas, capitalistas / imperialistas que amenazan a la naturaleza y nuestra supervivencia, no tuvieron una clara postura oficial contra el extractivismo. No escuchamos lenguaje alguno de dejar los fósiles bajo tierra ni críticas al desarrollismo desmedido en tiempos de emergencia climática. Sin embargo, quienes estuvieron representando a la sociedad civil en el evento, sí expresaron algunas advertencias al gobierno actual de Arce-Choquehuanca.
Por ejemplo, Ever Rojas, director ejecutivo del CSUTB (Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia), advirtió que rechazarían cualquier intento de empresas extranjeras de impulsar cultivos y semillas modificadas genéticamente. Originalmente, Rojas no estaba incluido en el programa del evento, pero su breve discurso de 5 minutos provocó vítores de aquellos parados al fondo de la sala de conferencias.
Los cultivos transgénicos han sido promovidos por varios gobiernos de derecha, pero Evo causó una gran controversia en 2019 al alinearse también con la agroindustria en Santa Cruz para expandir los cultivos de soja transgénica ya existentes. Y a pesar de que el presidente Luis Arce derogara los decretos de Áñez para expandir los cultivos transgénicos a las industrias del maíz, el trigo, la caña de azúcar y el algodón, los bolivianos tienen mejor memoria institucional de lo que se les da crédito.
Eliana Torrico, de la organización ambiental Colectivo Árbol de Santa Cruz, advirtió también durante el evento que el gobierno necesitaba frenar la persecución y criminalización de activistas. “No vengo aquí a hablar de la rentabilidad de empresarios ni proponer un estado que continúe como gendarme de la riqueza de los sectores extractivistas neocolonialistas, en desmedro de la calidad de vida de todos los Bolivianos, cada vez más empobrecidos … Vengo aquí en representación de bolivianos y bolivianas y un sector que hace décadas no tiene voz ni representación en el gobierno: el movimiento ambientalista, mobilizado en constante lucha por los derechos de la naturaleza.» También afirmó que cualquier ley sin un fuerte marco operativo no podrá ser implementada y que la Madre Tierra se beneficiaría más de leyes que ofrezcan medidas precautelares para protejerla en vez de luchar por ella «cuando ya es demasiado tarde.»
El escritor y filósofo, Rafael Bautista, recordó a los presentes dónde yace el verdadero poder: “Un saludo a mallkus y mamatayas presentes en la sala, a las hermans Bartolinas, a los hermanos mineros, a los hermanos campesinos, al pueblo boliviano. Ustedes han recuperado la democracia: nunca se olviden de eso. Un saludo también a las autoridades, ministros, ministras de estado. Ustedes están para servir al pueblo, tampoco nunca se olviden de eso.”
También es clave analizar las declaraciones públicas que organizaciones sociales hicieron previo al evento. En una carta firmada por varias organizaciones y sindicatos obreros—incluyendo a Bartolina Sisa, CSCIOB, CONAMAQ, CSMCIB, CSUTCB—se escucha claramente un llamado colectivo más directo y representativo de un movimiento de izquierda indígena, campesino y ambientalista que tal vez está resurgiendo:
“Convencidos de que la crisis climática se debe enfrentar con soluciones integrales que comprendan la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, la transición energética, la modificación de patrones de consumo y producción, el cambio de la lógica de acumulación y concentración de riqueza y poder, y el cambio de la lógica de asumir a los seres de la Madre Tierra como recursos y mercancía, y no así como nuestros hermanos, nuestra familia […] Seguros que el cambio de sistema que se requiere para reencontrarnos con la Pachamama implica la superación del extractivismo, productivismo, mercantilismo, patriarcado, racismo, egocentrismo, individualismo, neocolonialismo y antropocentrismo.”
CONTIOCAP, la Coordinadora Nacional de Defensa de los Territorios Indígenas Originarios Campesinos y Áreas Protegidas, en un carta firmada por varias organizaciones sociales, hizo un llamado aún más enfático al decir que el gobierno de Evo Morales hizo engañosos discursos pro-Pachamama al mundo, mientras al interior impulsaba industrias de petróleo, mineras, hidroeléctricas, deforestación para agrocombustibles y producción ganadera:
“Hacemos un llamado URGENTE a la población boliviana, a los pueblos y organizaciones sociales y civiles de Bolivia y del mundo, a los organismos de derechos humanos regionales y universales, no incentivar más al lavado de imagen de gobiernos de discurso indigenista y pachamamista, mientras en Bolivia el gobierno actual y sus aliados de poder económico, siguen cometiendo ecodidio, etnocidio, persiguiendo y procesando a defensores y defensoras indígenas y campesinos de derechos humanos.”
En aquellas palabras se siente la frustración y desconfianza de un pueblo que vio frustrados sus esfuerzos por combatir la emergencia climática mientras el mundo acrítico avalaba gobiernos extractivistas. Es por esta razón que cuando Luis Arce anuncia la explotación de un masivo yacimiento de gas natural, en alianza con Repsol de Bolivia, British Shell, y Pan American Energy de Argentina, llamándolo «un regalo de la Pachamama en esta Navidad,» se siente la desconfianza en el doble discurso. Tal vez el «re-encuentro» yace en recobrar la relación perdida con una Pachamama que yace explotada e indefensa.
PARA MÁS INFORMACIÓN:
- Se puede ver el «Re-encuentro por la Pachamama» en medios sociales aquí.
- Leer el artículo de Rafael Bautista, «Pensando el mundo desde Bolivia»
- Leer el artículo de Eduardo Gudynas, «Buscando a la Pachama en Bolivia»