Fotografías: Cintia Morales Braungart

¿Te imaginas llevar un ritmo de vida que permita detenerte, observar, saludar y contemplar el paisaje cotidianamente? En Telchaquillo, así se anda, sin prisa ni percances, porque los caminos se recorren a pie, en bicicleta y en triciclo, lo que crea un vivir a un ritmo tranquilo, humano y alegre.
En el 2019 la movilidad fue considerada como un Derecho Humano en México a partir de la Ley General en Materia de Movilidad y Seguridad Vial donde se decreta que “todas las personas puedan moverse con seguridad, equidad, accesibilidad y, sobre todo, en igualdad de oportunidades”.
En los territorios mayas este derecho se vive a través del uso de bicicletas y triciclos. Es decir, los territorios mayas son territorios ciclistas y estos vehículos resultan indispensables para el sostén de la buena vida, como nos lo confirmaron ciclistas de la comunidad quienes nos compartieron sus historias:

Doña Josefina, Doña Concepción y Doña Herlinda aprendieron a andar en bici y triciclo a los 10 años mientras que Doña Gladys a los 15, Doña Gregoria a los 20 y Doña Joselyn a los 50. Posteriormente, ellas les enseñaron a sus hijas y nietas.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2018) En Yucatán 6 de cada 10 hogares usan la bicicleta. Esto representa el 57% de la población censada, equivalente a 263 mil 234 personas y donde especialmente se usan es en los poblados mayas.
¿ Y tú por qué usas la bici?
“Me siento libre. Puedo ir a la escuela, salir a jugar y sentir el viento en mi carita”
(Amai, 9 años)


Doña Elisa, nos contó que sus primeros recuerdos en triciclo son de cuando su papá la llevaba a ella y a sus hermanas al monte por leña, maíz, agua, zacate y a realizar el Jéets´luúm ofrenda- comida ceremonial para la selva. Lo que antes les costaba largas caminatas bajo el sol de casi 40*C, se convirtió en breves y divertidos viajes.
En los poblados mayas, las bicicletas y triciclos son utilizados para diversas actividades como ir al mercado o a la tortillería para comprar los alimentos, visitar familiares, ir por les niñes a la escuela o, simplemente, por el placer de sentir el viento en la cara. Estos recorridos denominados viajes de cuidado, se realizan para llevar a cabo las tareas o trabajos relacionados con el cuidado de otras personas.

Habitar una comunidad ciclista genera un ambiente familiar y pacifico que promueve los cuidados colectivos. Estos vehículos benefician la salud física, emocional, social y ecológica y se han convertido en herramientas que facilitan las actividades de las personas y cuyo motor es, básicamente, el corazón.

¿Cómo te sientes cuando vas en la bici?
“Me siento bien, llego más rápido y es más divertido”
(Ros, 12 años)

El uso de bicis y triciclos también genera nuevos oficios y beneficia economías familiares como la de Doña Lorena que desde hace 10 años fundó un taller de bicis con su esposo. Ellos se encargan de dar mantenimiento a estos vehículos que llegan a tener una durabilidad de entre 20 y 30 años.
Los costos de una bicicleta son muy variables. Las hay desde 500 pesos mexicanos si son usadas, hasta 5 mil o más si son nuevas o profesionales. Lo que sí, es que el mantenimiento usualmente requiere 300 pesos mexicanos, cada tres o cuatro meses, lo que significa un ahorro sustancial en la economía familiar.
Ella también nos contó que tiene un cliente que diariamente viaja desde Telchaquillo a Mérida en bicicleta, lo que son aproximadamente 3 horas y 40 minutos, un equivalente a 50 kilómetros. Lo hace para ir a trabajar y los desafíos a los que se enfrenta diariamente están vinculados a la precarización y poca atención que se le da a la movilidad ciclista, tan indispensable para las personas de los pueblos.
Casos como este demuestran cómo la inteligencia colectiva y ecológica generan redes de cuidado que ponen al centro la vida y al mismo tiempo, muestran la necesidad de visibilizar e investigar a profundidad la movilidad desmotorizada en la región. Los riesgos que viven las personas ciclistas pueden llegar a ser mortales como lo ha documentado el colectivo CicloTurixes, en el Estado de Yucatán mueren atropelladas 3 personas ciclistas cada mes.
Con la construcción de carreteras, autopistas y vías como el Tren Maya, vulnera colateralmente el derecho a la movilidad de las comunidades, debido a la falta de planeación e infraestructura ciclista paralela a estas otras vías, además de nula pacificación de entrecruces.
Un ejemplo de ello es la ruta ciclista que conectaba a los pueblos Mayas de Nunkiní a Calkiní, misma que fue obstruida por la construcción del paradero del Tren Maya. Ahora los pobladores ciclistas tienen que cruzar un puente diseñado para coches, mismo que resulta altamente peligroso o arriesgarse a cruzar una carretera confusa y sin señalamientos.

La movilidad motorizada tiene una historia masculinizada, colonial e individualista.
De acuerdo con la especialista en movilidad, Alejandra Leal (2020) “los impactos del uso de automóviles están ligados a la utilización de espacio público, a temas de seguridad vial y a emisiones. Esto afecta a las personas que ni siquiera provocan esos impactos negativos, como son los peatones y los usuarios del transporte público”.

Las brechas de desigualdad tanto de género como de clase, se ven intensificadas porque este tipo de movilidad tiende a excluir del espacio público y vulnerar a personas históricamente discriminadas, como las mujeres, las infancias, ciclistas, las personas adultas mayores y personas con discapacidad, quienes no pueden o que no aspiran a la adquisición de un auto.

En México durante el 2024 se produjeron 3,989,403 autos según cifras del INEGI, ese mismo año, la cantidad de nacimientos alcanzó los 1,820,888. Dicho de otra manera, en México se produjeron 2.1 coches por cada persona nueva.
Estas cifras nos muestran una sobreproducción que no corresponde a las necesidades internas del país ni a la realidad ambiental global, ya que la demanda de hidrocarburos y la construcción de vías genera costos sociales y ambientales irreversibles, como la muerte de personas atropelladas, también de la biodiversidad por el atropellamiento de animales e insectos silvestres y la destrucción de zonas naturales por la construcción de autopistas.
La bicicleta en este contexto, resulta una aliada más para replantearnos la movilidad humana. Esta ecotecnia es más antigua que los coches, hace menos daño y sin embargo se sigue priorizando la movilidad cochista. Por ello son urgentes las políticas de movilidad que cuenten con enfoques interculturales y socioambientales, así como la movilización de voluntades para disminuir las brechas de desigualdad social y garantizar el derecho a la movilidad libre, segura y sustentable de los pueblos y ciudades.

Fuentes:
Movilidad: un derecho humano que merecemos. (s/f). Tec de Monterrey. Recuperado el 7 de marzo de 2025, de https://futurociudades.tec.mx/es/movilidad-un-derecho-humano
ONU-Habitat. (s/f). Contaminación, automóviles y calidad del aire. Onu-habitat.org. Recuperado el 7 de marzo de 2025, de https://onu-habitat.org/index.php/contaminacion-automoviles-y-calidad-del-aire
Transporte público masivo responde a la movilidad… de los hombres: experta. (s/f). Ibero.mx. Recuperado el 7 de marzo de 2025, de https://ibero.mx/prensa/transporte-publico-masivo-responde-la-movilidad-de-los-hombres-experta
Vargas, M. (2021, enero 31). México, el país de las bicicletas blancas. Corriente Alterna. https://corrientealterna.unam.mx/nota/bicicletas-blancas-mexico-muertes-de-ciclistas/
(S/f). Org.mx. Recuperado el 7 de febrero de 2025, de https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/boletines/2024/ENR/ENR2023.pdf
En Yucatán 6 de cada 10 hogares tienen al menos una bicicleta: INEGI. (s/f). Cicloturixes.org. Recuperado el 7 de marzo de 2025, de https://cicloturixes.org/en-yucatan-4-de-cada-10-hogares-tienen-al-menos-una-bicicleta-inegi/