Parlamento de los Pueblos, Organizaciones y Colectivos Sociales del Ecuador
El 14 de Octubre de 2019 no finalizó el Paro Nacional Indígena del Ecuador, hizo una pausa. Ésta pausa fue una tregua pactada con el gobierno para encontrar una salida negociada a la crisis que había generado el que el Presidente Lenin Moreno emitiera un decreto económico con las “recomendaciones” del FMI sobre el fin a los subsidios a la venta de combustibles en el país. Constitucionalmente, el decreto no puede ser simplemente “derogado”, sino que debe ser reemplazado por otro decreto presidencial que nulifique el anterior.
Después de casi dos semanas de protestas que iban incrementando en número de muertos, heridos y detenidos, a lo que el gobierno exacerbaba la represión, alimentada por discursos racistas y medios de desinformación, los pueblos indígenas forzaron al gobierno de Lenin Moreno a sentarse a negociar. La solución que encontraron fue, primero, que el Decreto 883 fuese temporalmente suspendido, y después que se abriera un espacio de tiempo para que los pueblos indígenas propusieran un texto diferente.
Así pues, el liderazgo indígena llamó a una Minga Popular (un tequio o trabajo colectivo comunitario para resolver un problema común), a través de la conformación del El Parlamento de los Pueblos, Organizaciones y Colectivos Sociales del Ecuador, para establecer un debate nacional sobre las alternativas al modelo económico, y poder presentar una propuesta que haya sido consultada de alguna manera con quienes participaron en el alzamiento popular de Octubre. A la convocatoria asistieron las principales organizaciones de pueblos y nacionalidades indígenas del país, además de 200 organizaciones de la sociedad civil de todo el país.
El resultado de esa discusión colectiva es un nuevo Plan Económico Alternativo al proyecto del FMI en Ecuador. El nuevo Plan establece, por primera vez, una recuperación de los valores y aspiraciones colectivas que inspiraron la Constitución de Montecristi (2008) que fue redactada por los pueblos y nacionalidades, pero que quedó como un proceso trunco porque Rafael Correa rompió la alianza que lo llevó al poder y desechó la continuación de la reglamentación de la Constitución, dejando pendientes procesos legislativos. Éste es el primer Plan Económico Alternativo de Latinoamérica que rompe con la idea del desarrollismo extractivista y de la dependencia del petróleo. Algo que los gobiernos del “siglo XXI” fracasaron en su propósito de romper la dinámica de la dependencia del imperialismo, reemplazando el imperialismo de los EEUU por el Chino o el Soviético.
El Plan Económico Alternativo del Ecuador, propuesto por el Parlamento de los Pueblos incluye:
Se establece un incremento de 4 % a la meta de recaudación de Impuesto a la Renta, especialmente a los 270 grupos económicos más ricos de Ecuador para lograr 1.233 millones de dólares extras en 2020. Además, se propone un impuesto del 1 % a los activos de la élite.
Reducir el Impuesto al Valor Agregado (IVA) del 12 %, como está actualmente, al 10 %. Esto disminuiría el número de transacciones y reactivará la producción y el comercio.
Se propone que el Banco Central realice operaciones de financiamiento de liquidez pública y que recupere el manejo del dinero electrónico.
Disminuir hasta un máximo de 4 % la tasa de interés para el crédito hipotecario.
Respetar el derecho a la Consulta Previa, Libre e Informada a las Comunidades Indígenas.
Suspender en forma definitiva las Concesiones Mineras a Gran Escala en todas la regiones.
Detener de inmediato el crecimiento de la Frontera Petrolera, frenando de inmediato la extracción en el Yasuní, entre otros.
Garantizar el acceso a los medios de comunicación comunitarios, mediante adjudicación de frecuencias para comunidades, pueblos y nacionalidades.
Crear un Nuevo Código del Trabajo. Derogando las medidas antilaborales existentes, como la extensión de la jornada de trabajo y la eliminación del pago de horas extras a los empresarios de la agroindustria.
Crear un Fondo Colateral para garantizar el crédito agrícola para la economía campesina y microempresas.
Respetar la prohibición de cultivos y semillas transgénicas.
Fomentar el turismo ecológico, comunitario y cultural.
Promover el uso de energía solar, eólica, geotérmica y micro centrales hidroeléctricas.
Régimen especial para las comunas y comunidades, permitiéndoles ser proveedores de los mecanismos de compras públicas para programas de alimentos.
Se debe garantizar la reparación económica, psicológica y jurídica para las víctimas, heridos, asesinados y torturados en el marco de la resistencia.
El Nuevo Modelo Económico propuesto colectivamente fue entregado a los mediadores de la ONU, la Conferencia Episcopal y la representación del Gobierno Nacional. El Gobierno anunció formalmente que no emitirá nuevo decreto hasta que exista un consenso y acuerdos con el pueblo ecuatoriano. Los voceros del Movimiento Indígena CONAIE, FENIE, UNORCAC-FENOCIN junto al Frente Popular y las más de 200 organizaciones sociales presentaron al país sus resultados de manera pública en la Ciudad de Quito.
Después del alzamiento, y en contra de los compromisos adquiridos por el gobierno, el Ministro de Defensa y la Ministra del Interior han continuado con una política agresiva de amenazas a través de los medios de comunicación, que se han acompañado de detenciones selectivas para “investigar”, así como señalamientos directos a medios de comunicación comunitaria responsabilizándolos de difundir “noticias falsas”. Además, el gobierno no ha admitido ninguna responsabilidad por la violencia del Estado producto del uso excesivo de la fuerza de los cuerpos de la policía y el ejército.
Los pueblos indígenas del Ecuador se han colocado a la vanguardia de la sociedad, convocando a pensar el país, a proveer soluciones alternativas al neoliberalismo expoliador del extractivismo desarrollista, creando condiciones para una salida permanente a la crisis creada por la falta de planeación gubernamental. No hay improvisación, hay consistencia con el trabajo iniciado cuando los pueblos indígenas y la sociedad civil lideraron un cambio de paradigma en la Asamblea Constituyente, hoy sólo están recobrando el camino.