En la comunidad de Palenque, un tesoro natural fluye vigorosamente atravesando todo el territorio: el arroyo de Palenque. Pero este cuerpo de agua va más allá de su función básica como fuente hídrica. Para los palenqueros, el arroyo es el alma misma de su comunidad, moldeando no solo su entorno físico, sino también sus identidades, relaciones sociales y compromiso con el ambiente.
En San Basilio de Palenque, un pueblo ubicado entre las espesuras de los Montes de María, a 45 minutos de la ciudad de Cartagena, Colombia, este arroyo principal atraviesa a la comunidad de sur a norte. Es fuente hídrica de la población y se encuentra dividido por sectores como Caballito, la Piedra, la Anguilla, etc., y juega un papel fundamental en la cultura del pueblo palenquero.
«Para nosotros, los palenqueros, el arroyo es mucho más que un simple cuerpo de agua. Es nuestro vínculo con el pasado, un reflejo de nuestra identidad y un guardián de nuestras tradiciones”, comentó Bernardino Pérez Miranda, filólogo, escritor y docente de la institución técnica agropecuaria Benko Bioho de la comunidad palenquera, quien además es gestor cultural y está vinculado a los procesos ambientales de la comunidad, como sabedor en la guardia ambiental juvenil del territorio. También es mi padre.
Este recurso natural simboliza y convoca la vida. El arroyo es de gran importancia para la comunidad e identidad, pues representa el centro de vida en las que se logran manifestar la cotidianidad cultural, como espacio recreativo, comunicativo de consulta y solución de conflictos. Muchas de las grandes historias, leyendas y mitos palenqueros que cobran vida mediante la tradición oral, surgieron en los espacios más recónditos, lúgubres y atractivos del arroyo, desde el enamoramiento mediante los Kuagros –que representa el modelo social organizativo de palenque–, hasta las criaturas mágicas religiosas de la cosmovisión palenquera, como es el Mohán y su mundo subacuático, a quien se le atribuyen, desapariciones, muertes y secuestros.
“Cuando éramos niños, nuestros abuelos nos llevaban al arroyo y nos contaban historias de héroes y heroínas que vivieron en las orillas, de criaturas mágicas que habitaban sus aguas y de amores prohibidos que florecieron entre sus corrientes. Cada relato era como una ventana al pasado, una forma de conectar con nuestras raíces y entender quiénes éramos como pueblo”, compartió el docente Pérez Miranda.
En el tejido cultural de Palenque, los Kuagros emergen como figuras centrales, simbolizando el modelo social organizativo de esta comunidad. Estos guardianes de la tradición encarnan valores de solidaridad, cooperación y resistencia frente a la adversidad. Se les considera protectores del arroyo y de la comunidad en su conjunto, y sus historias están entrelazadas con los lazos familiares y comunitarios que constituyen el núcleo de la identidad palenquera. A través de las leyendas orales, se narran hazañas y gestas heroicas de los Kuagros, quienes sirven como inspiración para las generaciones venideras, recordándoles la importancia de preservar las raíces culturales y enfrentar los desafíos con determinación y unidad.
El Mohán. Esta figura mítica, arraigada en la cosmovisión palenquera, representa la conexión entre el mundo terrenal y el mundo espiritual subacuático. Se le atribuyen poderes sobrenaturales y una influencia misteriosa sobre los destinos de aquellos que se aventuran en las profundidades del arroyo. A través de las historias transmitidas de generación en generación, el Mohán se convierte en un símbolo de respeto hacia la naturaleza y de precaución ante lo desconocido. Sus relatos, cargados de misterio y fascinación, invitan a reflexionar sobre la relación entre los seres humanos y el entorno natural, así como sobre la importancia de preservar el equilibrio entre ambos para garantizar la armonía y el bienestar de la comunidad.
El arroyo es un lugar de prácticas y preparación del ser palenquero en los procesos comunicativos-comunitarios. Es aquí donde los palenqueros se reúnen para lavar la ropa, pescar o simplemente disfrutar de sus servicios ecosistémicos. Desde décadas las orillas del arroyo han sido testigos de reuniones comunitarias, celebraciones culturales y actividades recreativas.
En medio del bullicio y la alegría que emanaban del arroyo, se gestaban momentos inolvidables que aún resuenan en la memoria de muchos palenqueros con nostalgia y cariño. Los video conciertos que tenían lugar en este espacio natural se convertían en verdaderas fiestas, donde la música y la diversión se fusionaban con la frescura del agua y la calidez del sol. Bailar y sumergirse en las aguas del arroyo mientras disfrutaban de la música en compañía de amigos y familiares creaba una atmósfera única de alegría.
Recuerdo con cariño cómo íbamos en kuagros (grupos de amigos y amigas), ansiosos por impresionar y divertir a quienes se unían a esta celebración al aire libre. Era una experiencia que trascendía lo ordinario, donde cada encuentro y cada risa quedaban grabados en el corazón de la comunidad. Estos momentos no solo eran una forma de entretenimiento, sino también una expresión de la vibrante identidad palenquera, donde la música y la celebración se convertían en parte integral de la vida cotidiana.
La importancia del arroyo trasciende lo social y lo cultural para convertirse en un elemento fundamental de la identidad palenquera. Las historias y leyendas que rodean al arroyo son parte integral del patrimonio oral de la comunidad. “El arroyo no solo ha sido el escenario de nuestras historias, también ha sido una fuente de inspiración para nuestros artistas y músicos. Sus aguas han inspirado poemas y canciones que hablan de amor, de libertad y de la lucha por la justicia. Es como si el arroyo fuera un pozo infinito de creatividad, siempre listo para alimentar nuestras expresiones artísticas”, agregó Pérez Miranda.
Se dice que el arroyo ha sido testigo de innumerables eventos históricos y ha sido fuente de inspiración para poetas y músicos locales. Entre las muchas expresiones culturales que celebran la importancia del arroyo en la vida de Palenque, destaca la canción «Endy Loyo» del grupo Kombilesa Mi. Esta melodía, que significa «En el Arroyo» en lengua palenquera, no solo es una muestra vibrante de la riqueza musical de la comunidad, sino también un llamado al cuidado y la preservación de este recurso natural tan preciado.
Con letras que resuenan con mensajes de respeto por el entorno y la cultura local, «Endy Loyo» nos recuerda la importancia de mantener limpio el arroyo y de no dañar su ecosistema. Con versos como, «Si tienes cultura, al arroyo de no tires basura».
Para los palenqueros, el arroyo es símbolo de resistencia, perseverancia y unidad. El arroyo no solo es parte de nuestra historia, es parte de quiénes somos. Es el escenario de innumerables recuerdos de mi infancia, de juegos y risas con amigos y familiares. Pero también es un recordatorio constante de la importancia de cuidar y preservar nuestro entorno natural.
Sin embargo, enfrenta desafíos significativos en la actualidad. La contaminación y el deterioro ambiental amenazan su salud y su belleza. Es por eso es que me he involucrado activamente en iniciativas comunitarias para protegerlo. Organizamos limpiezas periódicas y campañas de concientización para recordar a todos la importancia de mantener nuestro arroyo limpio y saludable.
Porque el arroyo no solo es parte de nuestro presente, es también nuestro legado para las generaciones futuras. Es nuestra responsabilidad asegurarnos de que continúe siendo el latido de nuestra comunidad por muchos años más. Es nuestro compromiso como palenqueros preservar este tesoro natural que nos une y nos define como pueblo.
En un mundo donde los recursos naturales son cada vez más escasos, la historia de Palenque y su arroyo nos recuerdan la importancia de valorar y proteger nuestros entornos locales. Porque, al final del día, son estos pequeños oasis de vida los que nos mantienen unidos como comunidades y nos conectan con nuestra tierra y nuestra historia.