Un nuevo colectivo de comunicación que busca desafiar y transformar las narrativas por la justicia climática comenzó su trabajo la primera semana de junio con gran entusiasmo y una cálida bienvenida por parte de grupos sociales. Con una base situada en lo que hoy se conoce como México y Guatemala, es un colectivo que propone soluciones y que potencia el trabajo y la vida de los pueblos indígenas. En su manifiesto afirman: “Las voces de pueblos que por miles de años hemos defendido la vida en la tierra, tenemos una esperanza para compartir: las alternativas a la crisis climática ya existen, están vivas.”
Con integrantes de los Pueblos Kiliwas, Cucapás, Nahuas, Acolhuas, Tzeltales, Tzotziles, Ñu Savi, Hñatho, Amuzgos, Purépechas, Ayuuk, Afrodescendientes, Zapotecas, Popolucas, Mayas, K’iche’, Wayuu, Zoques y mestizos, #FuturosIndígenas desafía la idea de que la lucha contra la crisis climática se puede lograr volviendo a un pasado romantizado. “Sabemos que la crisis climática es consecuencia de los sistemas de desigualdad estructural que hoy gobiernan el mundo”, escriben, “No proponemos volver al pasado. No romantizamos la precariedad. No negamos la existencia de nadie. No pedimos disculpas. Convocamos a asumir la responsabilidad de detener esta máquina de exterminio.»
Esa “máquina de exterminio” son los poderes del privilegio histórico y la desigualdad estructural que anteponen el “progreso”, el “desarrollo” y la economía corporativa neoliberal a la vida misma, sin importar los límites de nuestro planeta ni el etnocidio impuesto a los pueblos indígenas, campesinos, y afrodescendientes.
#FuturosIndígenas surgió a través de una colaboración entre Hackeo Cultural, un colectivo de comunicación que se activó el año pasado durante la pandemia, y Ambulante, una organización de documentalistas sin fines de lucro, con financiamiento del British Council. Se eligieron 26 becarios entre más de 200 líderes, artistas, escritores, comunicadores, defensores de la tierra y de los derechos para poder participar en este laboratorio narrativo y trabajar en colaboración para hacer posible #FuturosIndígenas.
Hablamos con María Tzuc Dzib, una de sus integrantes quien es antropóloga y experta en comunicación, sobre su experiencia. Para escuchar la entrevista completa:
Ella nos explica cómo se formaron los diferentes grupos en defensa del agua, la tierra, los territorios, la soberanía alimentaria, y luego de un análisis detallado de la información mediática de medios de comunicación, construyeron una respuesta basada en narrativas indígenas y campesinas. El resultado ha sido un impresionante trabajo basado en proponer soluciones que llaman a sanar la tierra a través de la gestión comunitaria del agua y la energía, confiando en las autonomías indígenas locales, mejor posicionadas para cuidar la vida en sus territorios.
“Generalmente se refieren a ellos, a nosotros, como un enemigo que no quiere que haya un progreso, el desarrollo de una región”, dijo Tzuc Dzib sobre el esfuerzo de tratar de desafiar esa narrativa en los medios de comunicación y que las alternativas están vivas en los pueblos.
A través de una serie de acciones de impacto visual y auditivo, desde clips de radio multilingües, hasta canciones de artistas locales, un recetario de resistencia y afiches de justicia social, #FuturosIndígenas impulsa a los participantes a ir más allá de hacer llamados contra la opresión y celebrar nuestras identidades y diversidad lingüística, la búsqueda de la memoria y la justicia, para honrar el conocimiento y la espiritualidad de nuestros antepasados, y organizarnos localmente para resistir, pero también para celebrar a través de festivales comunitarios y de barrio.
“Este cambio de narrativa nos puede ayudar a ver de una manera diferente, demostrar también una manera diferente de hacer lucha. Y demostrar que a pesar de la violencia que podemos estar viviendo, muchos de los grupos, de las regiones, de las localidades, continuamos y tenemos vida”, dijo Tzuc Dzib. “Necesitamos ver la realidad pero no perder la esperanza. Necesitamos también compartir la alegría que tenemos.”
El colectivo #FuturosIndígenas tampoco deja de cuestionar los problemas estructurales que nos impiden avanzar en soluciones integrales. Su acción #EnergíaParaQuién, por ejemplo, cuestiona el impulso a las energías limpias ignorando, sin embargo, la explotación de territorios indígenas, como lo es la minería del litio. “El modelo energético actual no está enfocado a satisfacer las necesidades de las personas sino a máquinas que enriquecen a unos pocos”, explican.
Para citar nuevamente su manifiesto:
Hay agua, alimentos y tierra suficientes para que todas las personas y vidas existan dignamente en este territorio llamado México, en esta casa común llamada Tierra. Podemos regenerar los sistemas de vida a los que está vinculado nuestro porvenir. Pero el cambio debe ser de raíz. Porque después de cada crisis no queremos volver a la normalidad, queremos volver a la tierra.