Jichi, el guardián de las aguas

Ser misterioso que se manifiesta, por lo general, en forma de viborón.

La cuenca de la represa o laguna artificial Guapomó se encuentra dentro del Bosque Seco Chiquitano del departamento de Santa Cruz. Sus aguas desembocan en la represa de San Ignacio de Velasco, que tiene una extensión de 300 kilómetros cuadrados. Su ecosistema se encuentra bajo la protección ancestral de pueblos indígenas originarios, pero los estudios de la Fundación para la Conservación del Bosque Chiquitano muestran un panorama hostil: los cuerpos de agua de toda la cuenca han descendido de 63,5 hectáreas en 2018 a 10,2 hectáreas en 2021.1 La crisis del agua está afectando seriamente a esta comunidad.

Tres mujeres y un hombre a orillas de Guapomó recogiendo agua
Foto: Paola Gabriela Quispe Quispe.

A orillas de la represa Guapomó, en agosto del 2022, durante mi último viaje de ese año a San Ignacio de Velasco, Santa Cruz, Bolivia, escuché la leyenda del Jichi, el guardián de las aguas de la región chiquitana. Este ser misterioso es receloso de los paúros reservorios de agua porque si le hacen algún mal, castiga a la comunidad alejándose del lugar, pero no se va solo, se lleva consigo el agua, porque es su hogar. Eso cuentan las abuelas y los abuelos, y me lo contó Marcela Purate Barrientos,2 maestra en San Ignacio.  

Entre despedidas de aquella tierra chiquitana, donde hice amigos y amé realizar mi trabajo, aparte de llevar muchos abrazos y buenos deseos, traje una frase en la maleta: “El que toma agua del Guapomó, vuelve o se queda”. (Este dicho se haría realidad para mí dos años después). Con esa idea me quedé muy intrigada, ¿cómo que se lleva el agua el Jichi? ¿dónde está ese ser? ¿qué forma tiene? Me nació un interés particular.

Nenúfares flotando en Guapomó
Photo: Paola Gabriela Quispe Quispe.

Ya en los Andes, tierras del Illimani y de la marraqueta, empecé a cuestionarme si aquel ser existía y el por qué de su existencia. Empecé a soñar con este ser, en forma de serpiente gigante, un viborón, y en mis sueños veía cómo sus escamas brillantes se deslizaban por las aguas del Guapomó, sumergiéndose de a poco, en busca de alimento.

Esas ideas rondaban en mi cabeza de manera frecuente, por lo que empecé a investigar y lo vi representado en dibujos y pequeñas narraciones de audio tal cual como en mis sueños. No dudé y consulté a un amigo de tierras bajas, quien confirmó mi visión. “Sí, es una boa. En mi tierra cuentan que un joven fue sólo a pescar al atardecer y que nunca volvió —me dijo, con voz misteriosa—, se dice que fue ofrenda para el Jichi”, confirmó Jorge Antelo Zapierre.3

Por un interés de saciar mi sed de conocer al Jichi, inicié un viaje en julio de este año a San Ignacio de Velasco, donde la señora Clara Masay Mendez4 me narró que el Jichi en su comunidad se manifiesta en forma de mujer, por eso la conocen como “La señorita”. Pero no se trata de cualquier mujer, sino que es rubia, de tez blanca, alta y hermosa, vestida con una tipoy tradicional, y que solo se les aparece a los hombres cuando están con copas demás para llevárselos al paúro, donde desaparece en un abrir y cerrar de ojos ingresando al ojo de agua.

Quise conocer más y me trasladé a Sañonama, en las afueras de San Ignacio, donde Ana Rosa Yopie Egüez5, cacique general, acompañada por otros comunarios, me llevaron al antiguo paúro donde recogían agua hace unos 70 años. Este páuro era el hogar de “La señorita” o la Jichi, según los relatos de las personas más longevas, que en lengua chiquitana se dice Sañonama, y por eso del nombre de la comunidad. En el antiguo paúro se ven ladrillos destrozados y algunos que forman un cuadrado alrededor del barro. Pusieron los ladrillos para preservar el agua que brotaba, pero esto —al parecer— no le gustó a la Sañonama y se secó.

Cinco mujeres trayendo comida para una celebración.
Photo: Paola Gabriela Quispe Quispe.

Después de disfrutar de una patasca, fui a orillas del Guapomó en moto y vi a lo lejos una casa blanca. Me acerqué y me encontré con un letrero del COOSIV, Cooperativa de Servicios Públicos de Agua Potable y Alcantarillado Sanitario de San Ignacio de Velasco, donde pude entrevistar al responsable de esta entidad, Victor Hugo Aguirre.6 “En 2023 la represa del Guapomó llegó a estar en un margen negro; es decir, tuvo una capacidad de 20 por ciento para distribuir a la población ignaciana”, dijo y luego acotó que se debe balancear la distribución de agua entre las personas y el ganado.

Según el informe de COOSIV, la capacidad de la represa fue proyectada para atender a 20 mil habitantes; sin embargo, San Ignacio hoy bordea las 60 mil personas, y debe equilibrarse para dar de beber, además, a unas 400 mil cabezas de ganado, que demandan mayor cantidad de agua que las personas. En el 2023 llegó a su nivel más bajo, donde en verano la temperatura puede alcanzar hasta 38 grados centígrados.

El letrero oficial de Sañonama
Photo: Paola Gabriela Quispe Quispe.

Al día siguiente, me encontré con un grupo de jóvenes a los cuales les pregunté lo que había ocurrido en el 2023 en relación a la escasez de agua. Edwin Vasquez Margaña7  y Alejandra Cesari Soliz8 me contaron que les llegaba el agua con tierra, es decir salía lodo del grifo en vez de agua. Por eso empezaron a racionar el agua y, como era de esperar, los pobladores reclamaron sobre el abastecimiento, por lo que empezaron a abrir pozos de agua y, también, a potabilizar el agua residual.

Caminando hacia la plaza, visité al señor Armando Landivar,9 artesano de esculturas de madera, quien me contó su versión titulada “Al Jichi le gusta la chicha”. Según Armando, se dice que al Jichi hay que darle ofrendas para que se mantenga en el Guapomó, es decir, para que esté feliz y contento. Pero con los años los pobladores a las orillas de la represa se han ido olvidando de esta ritualidad, por eso el Jichi está molesto y se ha ido llevando el agua a otras tierras, narró.

Jóvenes hablan sobre el Jichi.
Photo: Paola Gabriela Quispe Quispe.

La solución para que el Jichi y su familia vuelvan a Guapomó fue preparar unos cinco jarros grandes llenos de chicha (macerado de yuca), para que sacie su sed. Y, así, cuando escaseó el agua, la comunidad empezó a preparar la chicha, la dejaron cerca de la orilla de la represa y esperaron. Pasó todo un día y los jarrones se mantenían intactos; sin embargo, al segundo día, a la luz de la luna llena, se vio una cola gigante zigzagueando que entraba al primer jarrón y, así, pasó al segundo, tercero, cuarto y al último, relató Armando con voz misteriosa.

Después de ese hecho, esa noche llovió de forma incontrolable llenando por completo la represa del Guapomó. Desde aquella vez, año tras año, dijo Armando, la población del lugar le ofrendan chicha a este ser místico, protector de las aguas: el Jichi.  


  1. Entrevista realizada el 25 de julio, 2024 ↩︎
  2. Entrevista realizada el 18 de agosto, 2022. ↩︎
  3. Entrevista realizada el 12 de febrero, 2024. ↩︎
  4. Entrevista realizada el 24 de julio, 2024. ↩︎
  5. Entrevista realizada el 24 de julio, 2024. ↩︎
  6. Entrevista realizada el 24 de julio, 2024. ↩︎
  7. Entrevista realizada el 25, julio, 2024 ↩︎
  8. Entrevista realizada el 25, julio, 2024 ↩︎
  9. Entrevista realizada el 25, julio, 2024. ↩︎

Autores
Paola Gabriela Quispe Quispe

Paola Gabriela Quispe Quispe

De raíces indígenas aymaras, hija de padres de agricultores y residente de la ciudad del Alto. Estudió Ciencias de la Educación en la Universidad Salesiana de Bolivia, y actualmente culmina la carrera de Comunicación Social en la Universidad Mayor de San Andrés. Ha trabajado desde hace 4 años como Coordinadora de proyectos socioambientales como el proyecto «Guardianes de la Naturaleza 2.0». En el campo audiovisual ha sido becaria en la Residencia Fotográfica Warmis de Luz, ganadora del concurso: «Desde nuestras raíces contamos historias» con el cortometraje «Cuando Florezca el Chuño». También fue directora del mejor documental del año en el concurso «UNICINE» con el documental «Warmis, guardianas del agua». En redacción, ha publicado en el medio digital La Nube con su nota «Warmis, guardianas del agua luchan contra la escasez de recurso hídrico en Huarina» y en la Agencia Joven de Noticias con «Píldora de sabiduría».

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