Más estados se deciden requerir lecciones sobre historia y cultura Nativo Americana

Students in Washington’s Wellpinit School District learn about plants and foods that have historically been important to the Spokane Tribe of Indians. Photo courtesy of Jennifer LeBret

DE LOS EDITORES: En varios estados de los EEUU, gracias al esfuerzo y dedicación de educadores de los pueblos indígenas, se han logrado avances en la incorporación de información básica sobre historia, cultura, lengua y tradiciones culturales de las naciones indígenas que habitaron originalmente este país. Son esfuerzos regionales que documentan una revisión de la historia local así como el reconocimiento a las aportaciones de los habitantes originales de este país. 

En contrasentido, hay un esfuerzo de la extrema derecha por invisibilizar la historia del colonialismo y el genocidio en contra de los pueblos Nativos, como un decreto de la gobernadora de South Dakota (en dónde se encuentra Standing Rock) para desaparecer la ubicación de las reservaciones en clases de geografía así como todas las referencias culturales e históricas de específicos pueblos originarios. 

“Lo que es aún más perturbador es el efecto que tendrá la eliminación de nuestra historia compartida en los niños Lakota en las escuelas públicas de este estado. Una vez más, serán relegados al ‘chico malo’ en cada fantasía sobre la conquista estadounidense. Ignorados serán nuestros grandes líderes, gente, cultura, contribuciones y tierras que nos corresponden,” dijo Harold Frazier, presidente del Cheyenne River Sioux Tribe.

Sin embargo, esta lucha ha resultado mayormente en cambios positivos, por lo que compartimos a continuación un reportaje alentador de Chalkbeat sobre la construcción comunitaria de educación indígena.
FUENTE: Esta historia fue publicada originalmente por Chalkbeat, una ONG de noticias que abarca temas de educación púlbica. Para registrarse en su Boletín aquí: ckbe.at/newsletters.

El campamento Kwiyamuntsi es un campamento de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas para la juventud del Sur de Paiute. Los estudiantes de secundaria de cinco pueblos se unieron durante cuatro días de diversión y aprendizaje en las tierras ancestrales ahora administradas por las agencias federales. Foto de Kevin Abel, Dixie National Forest.

Cuando Jaylyn Suppah estaba en la secundaria tenía muchas preguntas para su profesor de educación cívica. 

¿Por qué había lecciones sobre los Nativos Americanos de los pueblos del oeste, sin hacer mención sobre pueblos regionales como los Warm Springs, Wasco, Shoshone-Bannock y Yakama? ¿Por qué el libro de texto dedicaba sólo unas páginas a su historia? Y, ¿por qué no hablaban de temas críticos como la asimilación forzada de niños Nativos Americanos en los internados de los EEUU? 

El resultado de esta discusión con su profesor, Suppah recuerda, fue que la echaran de la clase. La experiencia fue significativa para Suppah, quien una década más tarde abogaría por una ley en Oregon que requiere la enseñanza de una historia más completa y precisa sobre la experiencia Nativo Americana en las escuelas públicas. 

Se vienen los cambios: El estado desarrolló algunas lecciones de historia y ha proveído a los pueblos indígenas con financiamiento para desarrollar sus propios materiales específicos. Incluso la abuela de Suppah ha contribuido a la currícula que su pueblo está creando, lo que da a Suppah la esperanza de que sus propios hijos no tendrán que luchar por ver sus idiomas y tradiciones representados en la escuela. 

«Quiero que tengan una experiencia más inclusiva, más veraz en cuanto a las perspectivas indígenas y cómo se cuenta nuestra historia», dijo ella. 

Esfuerzos como éste están en marcha a lo largo del país, aprovechando el impulso para mejorar la enseñanza de la historia nacional en las escuelas de los EEUU— incluyendo las partes más dolorosas — y para reconocer las contribuciones de los Nativos Americanos. 

Pero los pueblos originarios y funcionarios escolares enfrentan una serie de retos. Muchas naciones indígenas fueron profundamente afectadas por la pandemia y se están recuperando de grandes pérdidas. Muchos estados no gastan mucho, o nada, para ayudar a desarrollar una currícula indígena específica ni para entrenar a los profesores. 

Y algunos educadores han expresado preocupación de que sus esfuerzos para enseñar una versión más precisa de la historia de los EEUU, incluyendo temas como las masacres de Nativos Americanos y políticas federales que limitaban sus derechos, pueden chocar con esfuerzos que buscan frenar la enseñanza sobre cómo el racismo se encuentra enquistado en las políticas y leyes del país. 

“Hay miedo por las posibles reacciones violentas de opositores”, dijo Deborah Dennison, presidenta de las escuelas San Carlos Unified en Arizona, donde casi todos de sus alumnos son miembros de la nación San Carlos Apache. Su estado aprobó una ley este mes que prohíbe a los educadores impartir lecciones sobre la admisión de responsabilidad por los actos históricos del racismo. “Para mí, esto es más importante ahora que nunca”. 

La currícula Nativo Americana se incorpora o se discute en más estados

El esfuerzo para mejorar el aprendizaje de los estudiantes de colegio acerca de los Nativo Americanos ha estado presente por décadas, pero el esfuerzo reciente de las naciones y educadores Nativos Americanos ha impulsado a varios estados a añadir requisitos o expandir su currícula. 

El estado que más recientemente emitió una ley fue North Dakota, la cual requiere a los colegios enseñar la historia Nativo Americana a partir del próximo año escolar. Cerca del 10% de los estudiantes del estado son Nativo Americanos.

«Pienso que nuestros padres de familia y algunos educadores han estado esperando por esto por mucho tiempo», dijo Lucy Fredericks, quien dirige el departamento de educación indígena y multicultural de North Dakota. 

Este verano, Fredericks ha estado ocupada sorteando las preguntas de los colegios y proveyendo con recursos a los educadores, incluyendo una serie de video entrevistas con ancianos indígenas. Pero el estado no ha desarrollado una currícula específica para las escuelas, ni ha proveído de dinero a los pueblos originarios para generar sus propios materiales, poniendo a los educadores en situaciones precarias. 

«Es algo que escuchamos todo el tiempo», dijo Diana Cournoyer, directora ejecutiva de la Asociación Nacional de Educación Indígena, que tiene empleados para recoger y evaluar materiales escolares en North Dakota. «Tienen dificultades porque no hay necesariamente una currícula establecida para enseñar esa historia ni esa cultura». 

Igualmente este año, legisladores de Connecticut aprobaron nuevos requisitos para que las escuelas impartan enseñanza Nativo Americana, a partir del 2023, con un enfoque en los pueblos de Connecticut. (La ley fue aprobada a pesar de que los sindicatos de maestros y el entonces Comisario de Educación, Miguel Cardona, expresaron inquietudes porque no vino acompañada de financiamiento y aquello podría abrumar a las escuelas que ya tienen que trabajar en adoptar nuevos requisitos, incluyendo lecciones en los estudios Afroamericanos y Latinos.) 

El estado planea desarrollar un currículo piloto con la ayuda de naciones indígenas y profesores, dijo un portavoz del Departamento de Educación. 

En Minnesota, sin embargo, una propuesta de ley para requerir a los colegios enseñar historia y culturas indígenas no fue aprobada este año. Fue un golpe duro para Ramona Kitto Stately, quien preside la Asociación de Educación Indígena en Minnesota y a cargo de la educación K-12 en la organización sin fines de lucro We Are Still Here Minnesota (Todavía Estamos Aquí Minnesota). 

Ella esperaba que la ley pudiera facilitar un mejor entrenamiento para maestros y lecciones auténticas en las escuelas. Pero mencionó que había sido un año de alta tensión racial en el estado, incluyendo el asesinato de George Floyd en Minneapolis y cuando un grupo de manifestantes derribó la estatua de Cristóbal Colón en las afueras del Capitolio. El estado también tuvo debates acalorados sobre la teoría crítica racial mientras se llevaba a cabo una revisión de las normas de los estudios sociales, las cuales están programadas para incluir más sobre los pueblos originarios de Minnesota y sobre la perspectiva Nativo Americana. 

«Todas esas cosas se aglomeraron y no vimos resultados», dijo ella. 

De todas maneras, los pueblos, educadores y organizaciones lideradas por indígenas de Minnesota están trabajando juntos para evaluar los materiales que podrían ser añadidos a un centro de recursos para maestros.

“Pienso que existe un movimiento”, dijo ella. “Si reunimos todos estos elementos estaremos más enfocados, seremos más poderosos”. 

Pero incluso en lugares donde estos requisitos han sido consagrados por ley por ya algún tiempo, los educadores están en alerta para ver si los debates locales sobre cómo se enseña el racismo y los prejuicios en las escuelas afectarán cómo imparten la enseñanza en sus aulas este año.

En Montana —el primer estado en requerir estudios Nativo Americanos para todos sus estudiantes en 1999— el superintendente escolar escribió en un blog en mayo, diciendo que la teoría crítica racial no tenía lugar en las aulas y dirigiéndose a los padres pidió poner atención a las lecciones de sus niños y “hacer denuncias si hay preocupación”. El fiscal general del estado más tarde emitió una opinión legal diciendo que los educadores no pueden asignar tareas escolares hechas para reconocer la existencia del privilegio racial. 

Algunos educadores en Montana dijeron que no permitirían que esto influya en sus lecciones sobre los Nativo Americanos. “No estamos evitando conversaciones sobre cómo las políticas del estado han afectado a ciertos grupos históricamente”, dijo un líder escolar en Bozeman. Aún así, esto ha vuelto a algunos educadores más cautelosos. 

“Tienes que ser muy cuidadoso”, dijo Jordann Lankford, quien ayuda a educadores en las escuelas públicas de Great Falls a incorporar la historia y culturas indígenas en sus lecciones. “Todo lo que podemos hacer es recoger la diversidad de voces y también reunir más documentos de fuentes primarias, entregarlos a nuestros niños como evidencia y enseñarles a pensar críticamente por sí mismos”.  

Algunos colegios y estudiantes han visto cambios significativos 

Aunque ha habido progreso, muchos estudiantes Nativo Americanos, quienes conforman alrededor de 1% de los estudiantes estadounidenses, o poco menos de medio millón, tienen limitado acceso a lecciones sobre su historia y cultura en la escuela. Una encuesta reciente en 27 estados, donde viven muchos pueblos originarios reconocidos federalmente, mostró que sólo 11 estados requieren que las escuelas públicas den clases sobre los pueblos indígenas por lo menos en algunos niveles escolares. 

Una encuesta federal, publicada esta primavera, a más de 13,000 estudiantes indígenas y originarios de Alaska, encontró que muchos alumnos de las escuelas primarias tenían maestros que rara vez o nunca incorporaron la cultura o historia indígenas en sus lecciones.

Muchos estudiantes nativos americanos nunca aprenden sobre su historia en la escuela. 

Alrededor de la mitad de los estudiantes de cuarto grado y tres cuartos de alumnos de octavo grado tuvieron maestros que nunca o rara vez incorporaban la cultura o la historia de los nativos americanos en sus lecciones de artes lingüísticas.

Las leyes tampoco cambian inmediatamente estas dinámicas, como se puede ver en el estado de Washington. Allí, en el 2005 se promulgó una ley para impulsar a los distritos escolares a enseñar sobre los pueblos indígenas del estado, usando una currícula gratuita llamada Desde tiempo inmemorial, en la que trabajaron el estado y los pueblos conjuntamente. Pero pocos distritos eligieron enseñarlo. 

Una década más tarde, se requirió que las escuelas utilizaran la currícula o impartieran otras lecciones específicas sobre los pueblos indígenas. En 2018, el estado fue más allá al requerir que los profesores en formación aprendieran sobre estos materiales. 

Los promotores reconocen que muchas escuelas todavía no han comenzado. Pero Jennifer LeBret, quien ayudó a desarrollar currícula para Spokane Tribe of Indians, está particularmente esperanzada sobre el impacto que tendrá el entrenar a los y las maestras antes de entrar al aula. 

“Por lo menos tendrán una muestra de lo que deben enseñar y cómo enseñarlo, y donde encontrar los recursos necesarios”, dijo LeBret, quien ha enseñado algunas de estas clases. 

Para los estudiantes y familias que han tenido la oportunidad de ver estos cambios en acción, puede ser una experiencia poderosa. 

Los estudiantes en el Distrito Escolar Wellpinit de Washington aprenden sobre las plantas y los alimentos que históricamente han sido importantes para el Pueblo Indígena Spokane. Foto cortesía de Jennifer Lebret

En el Distrito Escolar Wellpinit de Washington, el cual incorpora ciertos aspectos del currículo Spokane, Isaac Park de 12 años está aprendiendo Salish, una de las lenguas Spokane, y sobre raíces de plantas sabor a menta que los miembros de su pueblo tradicionalmente utilizaban para aliviar el dolor de garganta. 

“Tenemos la oportunidad de aprender sobre lo que pasó hace mucho tiempo, lo que tuvieron que soportar cuando ellos pasaban hambre”, dijo él. “Se siente como algo que pertenece a la historia pero la parte genial es que hay historias orales que lo confirman, entonces sabemos que es verdad”.

Cuando la escuela fue virtual durante la pandemia, su madre Teea McCoy aprendió más sobre la historia de su pueblo junto a su hijo. Esto incluyó lecciones sobre los internados indígenas donde muchos niños fallecieron o fueron abusados, lo que provocó el interés de su hijo por ver las entrevistas de video con su tátara-tatarabuela sobre el internado local al que asistió ella. 

“Ellos tendrán muchos más conocimientos que yo”, dijo McCoy. “Cuando era pequeña, toda la historia que me enseñaron fue sobre Cristóbal Colón”. 

Y mientras los colegios trabajan en recuperarse de la pandemia, líderes escolares dicen que la educación culturalmente sensible será especialmente importante para volver a involucrar a los estudiantes. 

En Montana, que ha servido por mucho tiempo como modelo para la enseñanza de los Nativos Americanos, Lankford se ha percatado que los estudiantes responden mejor a lecciones que conectan a la historia con sus propias comunidades. Una unidad de historia y ciencias que ella imparte se enfoca en el sistema digestivo y cómo la eliminación de los sistemas gastronómicos tradicionales contribuyeron a altos índices de diabetes tipo 2 en las reservaciones. Otra unidad se enfoca en la Ley Dawes, la cual permitió al gobierno de los EEUU dividir territorios tribales. Ello da a los estudiantes una nueva forma de entender por qué muchas reservaciones en Montana tienen altos índices de pobreza. 

“Cuando incorporas los conceptos históricos y la legalidad vigente, ello de verdad pone las cosas en perspectiva”, dijo ella. “Puedes realmente verlo en sus caras cuando lo entienden”.

En Arizona, Dennison ha visto desde hace mucho la conexión entre la incorporación de las tradiciones y cultura de los alumnos en la escuela y poder atender sus necesidades sociales y emocionales. Incluso antes de la pandemia, su distrito había empezado un programa de aprendizaje del idioma Apache y un grupo de tambores tradicionales para estimular el orgullo estudiantil. 

Este verano, el distrito puso a prueba una unidad nueva de biología en la secundaria que enseña a los estudiantes sobre las comidas y las medicinas tradicionalmente importantes para su pueblo. Pero el distrito también está reforzando su programa de terapia para ayudar a muchos de los estudiantes y personal que perdieron a seres queridos durante la pandemia. Eso incluye a Dennison, cuyo esposo murió por COVID-19 a principios de año. 

“Se trata de un sistema que suple con las necesidades”, dijo ella, “Y no sólo necesidades académicas. Es mucho más que eso”.

Autores
Kalyn Belsha

Kalyn Belsha

Kalyn Belsha es un reportera nacional para Chalkbeat con sede en Chicago. Anteriormente, cubrió los temas de educación para el The Chicago Reporter, Catalyst Chicago y Chicago Tribune. Ella es una ex becaria del fondo Spencer en Education Reporting y ha enseñado periodismo en la Universidad de Loyola Chicago.

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