Una investigación publicada por Jubilee Debt Campaign demuestra que los países con menos recursos en el planeta gastan cinco veces más en pagar la deuda externa que en las medidas que deberían tomar para enfrentar la crisis climática. El estudio data 34 países se ven forzados a gastar, por servicio de la deuda externa, $29,4 mil millones de dólares al año, mientras que apenas invierten 5,4 mil millones de dólares en adaptaciones para combatir los impactos del cambio climático. Esto a pesar de no ser responsables de la mayor parte de la contaminación.
Con este informe queda al descubierto la dimensión del problema de la inequidad global entre países pobres y ricos y la falta de óptica en temas de justicia climática. De cara a la Cumbre de las Naciones Unidas sobre el Clima que se celebrará en Glasgow del 31 de octubre al 12 de noviembre, Heidi Chow, directora ejecutiva de Jubilee Debt Campaign, dijo en una declaración,
Organizaciones como Oxfam, también han enfatizado sobre la desigualdad extrema en emisiones de carbono entre los países con menos y más recursos. El 10% de la población más rica es responsable de generar 52% de emisiones de carbono a nivel mundial, mientras que 3,100 millones de personas o el 50% más pobre del planeta, tan solo generan un 7% de emisiones. Más de la mitad de las emisiones de los países ricos provienen de la población de Estados Unidos y la Unión Europea.
Es decir, los países pobres no sólo deben pagar las consecuencias por la contaminación que los ricos de los países ricos, sino que además, se encuentran imposibilitados económicamente a hacer frente a la crisis climática.
Aunado a lo anterior, los países ricos aún no se han hecho cargo de entregar los $100 mil millones de dólares al año que son parte de su compromiso global para ayudar a los países en desarrollo limitar los impactos del cambio climático. Este es un compromiso incumplido desde la Conferencia del Clima de la ONU en Copenhague en 2009.
Al no haber una solución pronta, Jubilee Debt Campaign prevé que para el 2025 esos 34 países pobres dedicarán siete veces más al servicio de la deuda que a combatir la crisis climática.
Nicaragua, por ejemplo, reportó un gasto de $39 millones al año en una combinación de adaptaciones e implementación de REDD, mientras que tan solo en el año 2021 tiene programado pagar $278 millones de deuda externa. A esto hay que añadir los llamados urgentes a cambiar la dependencia en un modelo extractivista que afecta directamente la soberanía alimentaria y de recursos hídricos de los pueblos, mientras que incrementa los conflictos, el despojo forzado de territorios, y persecución de líderes comunitarios.
Ausi Kibowa, del Instituto de Negociaciones e Información Comercial de África Meridional y Oriental (SEATINI), Uganda, dijo en el comunicado de Jubilee,
El ex presidente de Maldivas, Mohamed Nasheed, en representación del Foro de Vulnerabilidad Climática de 48 países que albergan a mil millones de personas, dijo a Bangkok Post recientemente,
Mohamed Nasheed también dijo que llevaría la propuesta para cancelar la deuda a las conversaciones sobre el clima de la ONU en Glasgow.