Parteras y sanadores indígenas en México rechazan reforma a Ley de Salud como despojo de sus saberes y prácticas

EfrenDelRosal, Wikimedia

DE LOS EDITORES: En abril la Cámara de Diputados en México aprobó reformas a la Ley de Salud para regular la medicina tradicional y complementaria. Varios grupos indígenas y de la sociedad civil han rechazado las reformas, calificando la ley como inconstitucional por violar el derecho de los pueblos indígenas al consentimiento libre, previo e informado. La medicina y las prácticas tradicionales indígenas tienen fuertes raíces espirituales y ancestrales que podrían desaparecer en manos de la burocracia gubernamental de México, en beneficio de instituciones privadas de salud. La ley está pendiente en el Senado. A continuación una declaración colectiva contra la reforma legal.

FUENTE: Esta declaración y recursos provienen originalmente de Educa Oaxaca y Desinformémonos, traducida al inglés por Awasqa.

Photo: A traditional healer preparing a session in Huautla de Jiménez, Oaxaca, EfrenDelRosal.

Pronunciamiento de pueblos, organizaciones y sanadores indígenas ante la reforma de ley de salud

Al pueblo de México

A los pueblos originarios, indígenas, afro indigenas y mestizos.

A los sanadores, parteras rezadores, médicos y médicas tradicionales de México.

A los distintos niveles de gobierno

El dictamen aprobado por unanimidad en la cámara de diputados y hoy turnado a la cámara de senadores refleja el desprecio a los conocimientos de la medicina tradicional y sus conocedores, quienes en su mayoría son mujeres e indígenas. La pretensión de “regular”, “Utilizar” y “aprovechar” la medicina tradicional bajo estándares de origen y cosmovisión ajenos a las culturas de los pueblos indígenas se suman al despojo histórico y colonial de nuestros territorios, saberes y tecnologías a nombre del Estado Mexicano, que por cierto muchas cuentas deben a los pueblos originarios de Chiapas y de México, antes y después de la traición cometida a los Acuerdos de San Andrés Sakamchén.

Sabemos que el desprecio a la medicina tradicional indígena es civilizatorio. Ocurre en todo el mundo y viene a la par de una crisis sanitaria global de despojo de la naturaleza, de producción de alimentos sobre-industrializados y de leyes de propiedad sobre plantas que usa la medicina tradicional indígena; así como de las patentes de fármacos indispensables con los que se lucra la salud de la población en general.

En diferentes foros de médicos y parteras tradicionales, investigadores y grupos de la sociedad nos hemos dado a la tarea de estudiar las implicaciones que lleva el dictamen de ley y concluimos el Rechazo Total porque:

  1. Es un dictamen que en primer lugar viola los derechos colectivos y tratados internacionales que respaldan el derecho a la libre determinación de los pueblos indígenas, pues se trata de una reforma de ley que no ha sido consultada con los pueblos.
  2. En segundo orden vemos que las diferentes reformas tienen un carácter prohibitivo y de subordinación de la medicina tradicional, sus terapias y tecnologías al sistema hegemónico de salud y al manejo de los diferentes corporativos de la industria biomédica y sus institutos de educación.

Rechazamos la reforma de ley, ya que el racismo que gobierna en la modernidad de los funcionarios médicos, legisladores e investigadores oficiales les ciega para reconocer que el conocimiento de la medicina tradicional indígena es ancestral y no “complementaria” o “alternativa”, posee una metodología amplia en tiempo y población pues durante generaciones se ha usado e intercambiado creando una experiencia basta de manera transgeneracional sin intereses de capital económico o simbólico. Y en ese sentido la medicina tradicional indígena incluye elementos terapéuticos y tecnologías comunitarias que durante siglos se han experimentado para sanar plantas, animales y humanos. Rechazamos que esta efectividad terapéutica en cambio se intente expropiar de nuestros pueblos sin consultarles, para después venderse en el mercado mundial.

Denunciamos que al estado mexicano no le ha interesado promover la medicina tradicional pues sus elementos terapéuticos surgen del territorio que se habita y actualmente son los mismos territorios destruidos por megaproyectos. Los habitantes de esos territorios son a quienes el gobierno ha perseguido, desaparecido o asesinado por defenderlos. Hablantes de lenguas originarias tan diversas como medicinas hay. También son habitantes no sólo humanos viviendo en ecosistemas que las empresas públicas y privadas han intoxicado, enfermado o extinguido con sus concesiones mermando el repertorio terapéutico de la medicina tradicional indígena y permitiendo el saqueo de especies amenazadas. Del mismo modo en que las mineras extraen metales de territorios indígenas, las instituciones académicas o privadas extraen este conocimiento para tramitar patentes o para la simulación de originalidad de académicos que plagian ideas para obtener becas y cargos en las instituciones farmacéuticas o gubernamentales. Estos trabajos de investigación extractivista no consultan a los pueblos indígenas y omiten citar a los intelectuales indígenas que originalmente elaboraron esos conocimientos.

Frente a esta situación proponemos lo siguiente:

a) Reconocer a la medicina tradicional indígena empezando por respetar la vida toda, de los ecosistemas donde florecen estos saberes y la dignidad de quienes los conocen, intercambian y practican.

b) Reconocimiento y validación de la Medicina Tradicional Indígena Mexicana y Afromexicana como una medicina ancestral propia de los pueblos y patrimonio de la humanidad que no puede ser avalada por la medicina occidental ortodoxa, ni mucho menos supeditada a los intereses económicos del capitalismo.

c) Que las leyes sean revisadas, revocadas y modificadas por los legisladores respetando la autodeterminación de los hablantes de las distintas lenguas originarias en las que se expresa el derecho de los pueblos originarios y las formas de tomar decisiones a partir de los consejos de ancianos y de acuerdo a los sistemas tradicionales de salud de los mismos pueblos.

d) Reconocer no es certificar. Reconocer es respetar las formas de tratamiento, terapéutica, diagnóstico, uso y aplicación de las medicinas conforme a los saberes y entenderes ancestrales en correspondencia con la estructura y organización de los sistemas de salud tradicionales entre parteras, rezadores, iloles, hueseros, pulsadores, quienes son poseedores de saberes respetables que no deben ser subordinados ni controlados por el modelo médico hegemónico y militarizado, ni por la academia con conflicto de intereses, como ha sucedido años atrás intentando certificar a las parteras incluyéndolas en un modelo que sigue significando violencia obstétrica y la desaparición de la misma partería en nuestras poblaciones.

e) Dar cabida a un Consejo de médicos y parteras tradicionales venidos de la población indígena para resolver y consultar y atender cualquier modificación o legislación competente a la medicina tradicional de los pueblos indígenas.

Respeto a los derechos de autonomía y libre determinación de los pueblos y sus sistemas de Salud!!

¡No a la privatización de la vida, la naturaleza y los saberes ancestrales!

Respeto a la autonomía de las universidades indígenas como la UACO (Universidad Autonomía Comunal de Oaxaca)

Firmantes

Nichim Otanil

Centro de capacitación en culturas ancestrales de Chiapas

Colectividad de elaboración del manual de prevención y tratamiento del covid con plantas de los altos de Chiapas

CRIMMS: Consejo Supremo Regional Indígena Maya Mam’ del Soconusco Chiapas

Tata Esteban Bravo Verdugo Gobernador indígena Mam’ del Soconusco Chiapas

Colectivo Casa Gandhi

Colectivo Artemisas

Casa de partos tradicionales La paloma Azul, san cristobal de las casas

Parteras de Casa Materna del Hospital de las Culturas Chiapas.

Universidad de la Tierra – Oaxaca

Universidad Autónoma Comunal de Oaxaca

Parteras Diosas de la oxitocina ciudad de Oaxaca

Fuente

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