El 25 de Agosto es un día de gran relevancia en la lucha continental de los pueblos originarios en defensa de sus territorios y el derecho a la Consulta Libre, Previa e Informada. Es un día en que las luchas del hemisferio norte y sur convergen en el reconocimiento de los pueblos indígenas como sujetos de derecho, como actores fundamentales en la protección de la naturaleza y la Madre Tierra, protectores del agua y defensores de la tierra.
Los pueblos Nativos en Turtle Island y organizaciones por el medio ambiente convocaron a una gran jornada nacional de lucha, Treaties Not Tar Sands, contra la construcción del oleoducto Line 3 en sus territorios. Mientras que los pueblos en Abya Yala, acuerpados en la Campaña Luta pela Vida, se han organizado para mantener vigilia en el Tribunal Supremo Federal (STF) de Brasil y su decisión sobre la constitucionalidad del “marco temporal”. Aparentemente hablamos de dos luchas separadas pero en realidad se trata de una sola lucha contra la imposición de un colonialismo patriarcal arcaico, caduco, que no ha sabido ofrecernos nada más que muerte y sufrimiento. Un colonialismo que ya va de salida.
En esta jornada de grandes movilizaciones, en Brasilia y en St. Paul, MN, y en cada pueblo, cada aldea, cada tribu solidaria sabe que defender la tierra es defender la vida misma, y que levantar nuestras voces todos juntos nos hace más poderosos. Así rompemos los aislamientos impuestos por el colonialismo genocida, a través de fronteras inventadas, dominando idiomas extranjeros, como una tarea colectiva para volver a tejer nuestras redes de solidaridad,de aprendizaje, interacción y comunicación comunitaria.
Aunque la construcción de Line 3 finaliza hoy, los activistas anunciaron que su resistencia continuará hasta cerrar el grifo que alimenta a la serpiente negra del petróleo. En Brasil, Esta lucha no es solo de hoy, es milenaria y continuará en años futuros por la vida y nuestra Madre Tierra. Compartimos declaraciones de estos dos campamentos de resistencia:
Articulação dos Povos Indígenas do Brasil (Apib) FUENTE: https://apiboficial.org/2021/08/24/acampamento-luta-pela-vida-ja-e-a-maior-mobilizacao-nacional-dos-povos-indigenas-da-historia-do-brasil-e-o-que-isso-significa/ Durante 521 años, los Pueblos Indígenas de Brasil hemos vivido y experimentado el sentido de la lucha. Luchamos por sobrevivir, para que seamos respetados por un Estado que desprecia nuestra existencia, usurpa nuestros territorios tradicionales y nos relega a la condición de subciudadanos. El legado del pasado colonial es persistente y violento y, hoy, gana apoyo y un nuevo impulso bajo la administración de Jair Bolsonaro, el presidente de la República que nos eligió como enemigos prioritarios incluso antes de su toma de posesión. La historia del movimiento indígena en Brasil es una historia de lucha y resistencia, constante movilización e innovación, y una búsqueda para construir puentes y alianzas entre nuestros 305 pueblos, que viven en todas las regiones del país. Tal diversidad étnica, geográfica, cultural y lingüística, además de una riqueza inestimable, también se convierte en un desafío a la hora de buscar la unidad en la lucha. Para superar esta dificultad, que es reforzada y explotada por enemigos que intentan dividir y forjar de manera artificial disputas y oposiciones entre nuestros parientes, renovamos nuestra alianza desde nuestra ascendencia compartida. La lucha por la vida, lema del campamento que ahora reúne a 6.000 indígenas en Brasilia, se establece como una necesidad y una urgencia para nosotros, pueblos originarios, en cuanto se revela el rostro perverso y genocida del proyecto colonialista. Hemos vivido en estado de alerta desde que el primer pie europeo pisó esta tierra, incluso antes de que la llamaran Brasil. […] Nuestros pueblos ya no pueden soportar contar historias de muerte, fuego, dolor, destrucción. Queremos contar otras historias, queremos hablar de nuestras riquezas, nuestras culturas, nuestra alegría. Y esto nos lleva a la segunda conclusión: la clara percepción de que el movimiento indígena en Brasil ha alcanzado un nivel de madurez, organización y fuerza que nos coloca definitivamente como sujetos de nuestra propia historia. Nuestro protagonismo tiene sus raíces en siglos de lucha de nuestros antepasados, y en la claridad de que ya no hay lugar para el silencio. El mundo está viendo y escuchando lo que está pasando con nuestros pueblos, y somos nosotros, parientes, ¡somos los que tenemos el control de nuestra narrativa! | Carta a Joe Biden de organizaciones indígenas y ambientalistasFUENTE:https://action.lakotalaw.org/action/stop-line-3 Dear President Biden,Utilice el poder de su posición para detener el oleoducto de la Línea 3 de Enbridge. Programado para transportar casi un millón de barriles de petróleo de petróleo pesado por día, a través del territorio de los pueblos Anishinaabe, éste amenaza el agua, fuentes de alimentos, los humedales y la cultura indígena.Cualquier expansión de infraestructura de oleoductos va en contra del objetivo climático declarado por su administración de transicionar al país hacia fuentes renovables de energía en vez de combustibles fósiles que exacerban la crisis climática. Y este oleoducto es particularmente peligroso.El petróleo pesado es uno de los más sucios del mundo y su extracción emite hasta tres veces más contaminación causante del calentamiento global que la producción de crudo convencional. El impacto de carbono de este proyecto equivale a 50 nuevas plantas de carbón. ¿Desea que su legado incluya la finalización de este proyecto, justo en este momento cuando el alcance de la crisis climática y la necesidad de abordarla es evidente?Sabemos que las tuberías tienen fugas, y la Línea 3 es un desastre que está por suceder. Un solo derrame tiene el potencial de contaminar el agua potable de 18 millones de personas, ya que la Línea 3 se extenderá desde Canadá hasta las orillas del Lago Superior. Para empeorar las cosas, Enbridge está a cargo de este proyecto de 1.097 millas, una empresa canadiense responsable del mayor derrame de petróleo en la historia de Estados Unidos.La Línea 3 representa directamente una gran amenaza no solo para nuestro clima, sino también para la forma de vida de los pueblos indígenas. Está perpetuando ya la epidemia en curso de Mujeres Indígenas Desaparecidas y Asesinadas (MMIW). Hasta ahora, dos contratistas que trabajan en la Línea 3 han sido acusados de tráfico sexual, lo que no sorprende si se considera que los oleoductos, junto con su fuerza laboral temporal pagada en efectivo, conducen a un aumento del tráfico sexual, abuso sexual y asesinatos de mujeres indígenas. niñas y personas de dos espíritus.Le pedimos que escuche a los pueblos nativos que lideran este llamado y escuche a la multitud de organizaciones aliadas y líderes electos que los respaldan. Es fundamental que el gobierno federal sirva y proteja a su pueblo, incluyendo la defensa de los derechos de las comunidades indígenas a la vida y la tierra. Dependemos de usted para que considere el bien de la gente y del planeta por encima de las ganancias de los combustibles fósiles. Detenga la Línea 3 ahora. |
En la Amazonía Brasileña, los pueblos indígenas organizados bajo la Articulação dos Povos Indígenas do Brasil (Apib), han emprendido también una defensa jurídica de sus derechos territoriales en contra de los proyectos extractivistas que amenazan con destruir la Amazonía. El gobierno de Bolsonaro decidió modificar las leyes vigentes, y lanzó la ley PL 490 que, en base al “marco temporal”, busca nulificar sus derechos territoriales de las naciones indígenas, que tienen derechos constitucionales reconocidos, y que pretenden ser violentados por esa ley.
La Apib ha declarado “En la práctica, este proyecto representa un nuevo genocidio contra los pueblos indígenas. El PL es inconstitucional y podría terminar con la demarcación de Tierras Indígenas en Brasil, permitiendo la apertura de territorios para la exploración depredadora. Además de la PL 490, otras propuestas anti-indígenas que suponen una amenaza para el medio ambiente están en la agenda del Congreso.”
En Estados Unidos, aún y cuando el gobierno federal tiene una responsabilidad legal por cumplir con los derechos garantizados en los tratados firmados en 1837 (que otorga explícitamente el Ojibwe el derecho a cazar, pescar y reunirse) y en 1855 con los Chippewa, Ojibwe y Anishinabe, sobre la soberanía del territorio de las áreas principales de la caza, la pesca, el arroz silvestre y los recursos culturales integradas en el tratado. A pesar incluso de que la Corte Suprema de los Estados Unidos ha confirmado los derechos de los pueblos nativos para cazar, pescar y subsistir en la tierra, el gobierno federal ha autorizado la expansión de un proyecto de un oleoducto, La Línea 3, que lleva arenas bituminosas (el tipo de extracción petrolera más contaminante) desde Canadá y a través del territorio Ojibwe en Minnesota.
Con el pretexto de reemplazar un viejo oleoducto, se ha emprendido la construcción y ampliación de un nuevo proyecto que violenta los más elementales derechos humanos de las comunidades Nativas Americanas a su paso, amenazando en los hechos la viabilidad en el sostenimiento de las condiciones de vida de los Ojibwe, quienes dependen del cultivo del arroz silvestre y la pesca para su subsistencia. Amenazar las fuentes de agua, es extender el genocidio que han vivido las comunidades indígenas en su vida bajo el dominio de los gobiernos coloniales.