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Empresas extractivas extranjeras invaden territorios indígenas en la Amazonía del Ecuador

Ecuador está ubicado en América del Sur, con una extensión territorial de 256 370 kilómetros cuadrados, con una división de cuatro regiones como son la costa, la sierra, la Amazonía y Galápagos. Siendo denominado como uno de los países con mayor biodiversidad, es un lugar lleno de riquezas en flora y fauna, un rincón mega diverso. Sin embargo, a inicios de la década de los 1990, junto con la implantación de políticas neoliberales en Latinoamérica, empieza la historia del Ecuador que pasa de ser un país declarado mega diverso a ser un país mega minero.

Durante los últimos 23 años, los gobiernos han tomado preferencia por apoyar de manera institucional, política y legal a las empresas transnacionales. Es así cómo estas empresas extranjeras adquieren millones de hectáreas para realizar estudios geológicos, comenzando por la selva amazónica, surcando hasta el sur del país, sin dejar de lado los páramos de la sierra y los bosques húmedos de la cordillera de los Andes. 

El oro representa el 96% de las exportaciones de minerales del Ecuador. Hasta el 2018, la pequeña minería representaba el 90% de la producción de oro que se concentraba en cinco provincias: El Oro, Azuay, Zamora Chinchipe, Loja y Morona Santiago. Pero entonces la demanda de minerales creció a nivel mundial en las naciones industrializadas. Por ejemplo, China  produce un millón de toneladas de cobre, pero consume entre 6 y 7 millones de toneladas por año. Lo cual para el Ecuador significa un gran impacto en la realidad del país porque incrementa los precios, sobre todo, de los minerales metálicos y estimula la producción minera a gran escala. En abril el 2016, el gobierno procedió con la reapertura de los catastros mineros, lo que dio paso a una nueva ola de concesiones para la minería a gran escala a lo largo y ancho del país, que abarca aproximadamente un 15% del territorio nacional. Hasta el 2019, se encuentra concesionado cerca del 8% del territorio nacional.

El catastro minero con fecha de abril del 2019 tiene registrado un total de 2’342 713 de hectáreas sobre el territorio ecuatoriano, siendo el 93,4% de las concesiones para la explotación de la minería metálica, el 4% para la minería no metálica y 2,6% para las minas de materiales de construcción.

El catastro actual registra 17 956 concesiones legales en donde se podrá minar material metálico (mayoritariamente oro, plata y cobre) (Ministerio de Energía y Minas del Ecuador, 2023).

A partir del año 2019, cada año ha sido devastador para un país que ha tenido que pasar una serie de desabastecimientos. En el año 2023, el Ecuador ha tenido que continuar con una serie de conflictos con el Gobierno de Daniel Noboa, quien representa el más reciente ejemplo de un sector de la oligarquía agroexportadora que ha gobernado cíclicamente al país, imponiendo a sectores populares un proyecto neoliberal dependiente del capitalismo transnacional internacional. Esta condición se expresa particularmente en el despojo que sufren los territorios de los pueblos, nacionalidades indígenas y campesinos por la ofensiva del imperialismo extractivista.

Minería ilegal en Tena

Napo es una región rica en biodiversidad y recursos naturales, sin embargo, también es una de las provincias con mayor explotación minera. La minería en la provincia ha sido un tema controversial debido a sus impactos ambientales y sociales.

El proyecto MapBiomas Amazonía brinda información actualizada donde se puede evidenciar la creciente dinámica de la actividad minera entre 1998 y 2021. Existen 288 concesiones mineras en la provincia del Napo que ocupan el 3.14% de su superficie. La mayor parte de estas concesiones están dedicadas a la extracción de oro y materiales pétreos y están concentradas mayoritariamente (97%) en los cantones Tena y Carlos Julio Arosemena Tola (Ministerio de Energía y Minas del Ecuador, 2023).

Sin embargo, en los años 2005 y 2006, la minería informal, al margen de la ley, se incrementó en razón de la apreciación del oro en el mercado internacional, la falta de control militar en las zonas afectadas y la ausencia de política pública para afrontar esta situación. En el 2007 se aplicó un programa de regularización de esta actividad, en la que se realiza una diferenciación entre la minería artesanal y la minería cuya fuente de origen se encuentra asociada al narcotráfico y al protagonismo de grupos armados y paramilitares, en especial atención la zona fronteriza de la Amazonía con Colombia, así como en las comunidades de Yutzupino y Punino situadas entre Napo y Orellana.

Los grupos de minería irregular continúan con su accionar en las zonas selváticas de la Amazonía ecuatoriana, generando una afectación directa a la naturaleza y los indígenas que habitan en el sector, privándoles de realizar sus actividades y prácticas ancestrales, debido a la contaminación de los ríos y a la violencia con la que actúan estos grupos ilegales. Esta situación genera una violación directa a sus derechos constitucionales, tomando en consideración el desplazamiento forzado, así como también la violación de derechos humanos del que son víctimas.

La salud en las comunidades indígenas, producto del uso constante del mercurio, ha generado y genera graves consecuencias a la salud en las familias de la Amazonía.

Las actividades legales e ilegales de minería de oro y otros minerales metálicos y no metálico conllevan a deforestación, a la contaminación de los ríos y suelos, pérdida de biodiversidad y alteraciones en el paisaje. La utilización de mercurio en la minería de oro es una preocupación particular debido a su toxicidad. La salud en las comunidades indígenas, producto del uso constante del mercurio, ha generado y genera graves consecuencias a la salud en las familias de la Amazonía. Especialmente las comunidades que viven en las riberas de los ríos y que usan el agua para sus actividades cotidianas, corren mayor riesgo.

Las comunidades indígenas y locales son afectadas por la minería primeramente por la pérdida de tierras, desplazamientos y cambios en sus modos de vida tradicionales. Existen conflictos por el control y el uso de los recursos naturales. Aunque el gobierno ha “implementado” diversas resoluciones para regular la actividad minera, a fin de conseguir un equilibrio entre el desarrollo económico y la protección ambiental, este es un tema de debate. Los reclamos al Estado por las consecuencias negativas que deja esta actividad son constantes.

Ante esta situación, existe un trabajo de protección y resistencia de la mayoría de las comunidades indígenas frente a la amenaza de la minería, tras el deterioro de la calidad de vida de sus habitantes. Se registra una fuerte división comunitaria, lo que ocasiona agresiones al interior de las comunidades, incluso en ciertos lugares existen amenazas y asesinatos a quienes se oponen a la actividad minera o a quienes denuncian.

Tanto entidades y actividades mineras legales como ilegales han sido autoras de una baja planificación, siendo hasta a veces nulas las órdenes territoriales, ocasionando la destrucción de propiedades y, por ende, grandes pérdidas económicas. Los ingresos que proporciona la minería han contribuido al desmejoramiento de la calidad de vida, ya que al tener una economía mayoritariamente basada en la productividad el suelo, este se ve amenazado al ser albergue de sustancias tóxicas y químicos altamente dañinos para el suelo, donde cada vez más las cuencas hídricas y cabecera del río Napo son víctimas de contaminación. La destrucción de las chacras debido a la contaminación del suelo y el agua, dejan a las poblaciones sin la posibilidad de poder trabajar en suelos sanos, atentando así a su soberanía y seguridad alimentaria.

Megaminería Cóndor Mirador (Tundayme)

Existen varios proyectos mineros a gran escala en el área que han sido considerados proyectos prioritarios como: el Proyecto Cóndor-Mirador, el Proyecto Fruta del Norte y el Proyecto Panantza-San Carlos. El primero se ubica en la provincia de Zamora Chinchipe y el último en Morona Santiago. La mina ha sido desarrollada por empresas mineras, siendo la más destacada Ecuacorriente S. A., la cual opera en el área desde principios de la década del 2010.

El Proyecto Minero Cóndor-Mirador fue concesionado por el gobierno a la empresa nacional Ecuacorriente que está bajo control de las empresas estatales chinas la China Railway Construction Co. Ltd. y Tongling Nonferrous Metals Group Holding Co., una empresa extranjera que empezó actividades extractivas en el 2019 y toma posesión de territorios indígenas shuar. La mina está ubicada en las parroquias rurales de Tundayme y El Güisme, en la provincia de Zamora y está conformada por un total de 9925 hectáreas (Ministerio de Energía y Minas del Ecuador, 2023).

El gobierno ha publicado, por su lado, contenido en defensa de sus acciones para promover la gran minería en el Ecuador en cadenas nacionales y en medios de comunicación incautados y oficiales. Existen, sin embargo, dos posturas con distintos matices que se contraponen y que no han recibido la atención: los casos de corrupción y medidas de proteccionismo económico, como la de pagar a dirigentes de las comunidades para que puedan convencer a la gente dejar su territorio.

¿Qué defienden los pobladores de la zona?

A primera  face la respuesta es: defienden la vida de todos y todas las ecuatorianas, debido a que este proyecto minero pretende desarrollarse en uno de los lugares más biodiversos del mundo, la Cordillera del Cóndor. Además, es el hogar originario de miles y miles de personas, comunidades y pueblos pertenecientes a la nacionalidad Shuar, campesinos/as y mestizos. Las familias y colectivos que declaran la ilegitimidad y violación de derechos humanos (Alvarado, 2022) con el desalojo de comunidades por el trabajo minero, han expresado su voz mediante documentos impresos, en la academia y manifestaciones callejeras. A pesar de esto, los medios de comunicación masivos “tradicionales” han tomado como una noticia menor al asunto. Este no es el caso de los medios alternativos que abordan con mayor frecuencia la problemática. No obstante compañeros de la comunidad Cascomi han hecho presencia para que puedan escuchar sus reclamos, en los que tenemos versiones de lucha junto con su pueblo y  líderes de la misma frente a la primera consesión de la minería a gran escala (Ecológica, 2004).

Luis Shiminaincela, dirigente del Centro Shuar Nankints, dice que “hablan de daños pero estos pueden ser positivos y negativos, aunque  para nosotros es un daño irreparable al territorio, en donde las empresas solo hacen el saqueo que nosotros no caemos en cuenta de aquello. Pero hay que reconocer a la fortaleza de las mujeres ya que nos han enseñado a luchar desde siempre con valentía, son quienes nos impulsan a luchar contra este atropello a nuestro territorio. Casos que se replicaron en varios territorios de nuestro país hemos tenido desarticulaciones organizativas, pero siempre nos encontrarán luchando ya que nuestra única herramienta es la resistencia contra estas empresas extractivas.”

De la misma forma, Jaime Palomino cuenta que “Ecuador es muy rico en minerales ha habido concesiones en todo nuestro país en donde ha sido para saquearlo en Ecuador  ¿Tenemos empresas propias? No, ni siquiera para lavar piedras, compañeras y compañeros nos están robando así como lo hicieron con los territorios. Los pueblos y nacionalidades tenemos que defender toda la vida pero siempre unidos, en el momento que perdamos nuestros territorios seremos pueblos y nacionalidades muertas, ahora veamos en las futuras generaciones, de qué vivirán si están siendo contaminadas las fuentes hídricas. Ahora el Ministerio de Ambiente menciona que está prohibido realizar minería en donde encontramos fuentes hídricas. Pero qué grandes contradicciones si en donde encontramos fuentes ahí es en donde está la minería, cuando queremos reclamar como pueblos nos dicen terroristas, que estamos en contra del desarrollo del país. Nos preocupa como Pueblo Shuar Arutam que vivamos en riesgo, las comunidades en las riberas del río, van a sufrir porque va arrasar vidas humanas, la agricultura, ganadería, sufriremos contaminación ambiental y social, los proyectos mineros es genocidio, muerte y hambre” (INREDH, 2024).

l Estado ecuatoriano está en deuda con las familias indígenas y campesinas de Tundayme. Hasta la actualidad ningún gobierno de turno ni la empresa minera han respondido sobre los graves hechos de lesa humanidad cometidos en este territorio.

En los años 2014 y 2016 de 80 núcleos familiares afectadas por la construcción del proyecto minero Cóndor-Mirador  en la provincia de Zamora Chinchipe, 32 fueron desalojados de sus viviendas y territorios, dejando sus viviendas  destruidas con el apoyo y protección de la fuerza pública del país. En abril del 2022, sumando a estos desalojos, una pareja de ancianos. Este hecho fue dado a ejecución con un oficio emitido el 13 de mayo del 2024 por el Ministerio de Educación del cantón Yacuambi en donde menciona que por tercera y última vez se solicita se desocupe el bien inmueble de manera inmediata, pese a que Cascomi contaba con un entrega oficial del espacio. No solo fueron familias desalojadas, ni un espacio con entrega legal que pedían dejarlo, sino un atropello a los derechos ya que finalmente lograron con engaños ampliar el espacio para continuar con la construcción del proyecto  en medio un territorio de pueblos y nacionalidades con historia que llevó años  construir espacios cubiertos, escuelas y colegios a los que alrededor 30 niños y niñas asistían  para poder fortalecer los saberes ancestrales, identidad y ser parte de una educación digna. El Estado ecuatoriano está en deuda con las familias indígenas y campesinas de Tundayme. Hasta la actualidad ningún gobierno de turno ni la empresa minera han respondido sobre los graves hechos de lesa humanidad cometidos en este territorio.

Mientras se firman contratos, amenazas a la vida armoniosa de los residentes son cada vez más inminentes y, por lo tanto, su lucha se enmarca en los esfuerzos de autoorganizarse, movilizarse y encontrar estrategias a nivel legal, política y de la sociedad. En este marco, los Shuar se convirtieron en uno de los protagonistas de este cambio social. Esta comunidad ha creado un frente visible y comprometido contra la minería a gran escala, que los convierte en objetivo de persecución de varios de sus dirigentes, los que terminaron siendo llevados a procesos legales ​​y sometidos a acoso permanente.

La minería en Tundayme-Cóndor Mirador es un tema que involucra oportunidades de desarrollo económico y retos sociales y ambientales. La convivencia entre la actividad minera y la protección de los derechos de las comunidades locales es crucial para un desarrollo sostenible. Se espera que la mina tenga un impacto significativo en la producción nacional de minerales, contribuyendo a la economía del país, sin embargo, a los gobiernos de turno lo único que les importa es el dinero, mas no la riqueza natural, la biodiversidad, la fauna, ni los pueblos que dependen de la salud de sus territorios.

Es una realidad que preocupa a comunidades y organizaciones del país ya que advierten sobre la potencial ruptura y el derrame de las relaveras, con graves consecuencias en el medio ambiente y comunidades aledañas (INREDH, 2023). Así lo afirman con la ayuda de investigadores científicos en donde nos dan a conocer el alto riesgo no solo físico también  químico que contiene la construcción. Siendo así éste el primer proyecto minero de metal a gran escala en Ecuador y el primero en causar daños de una magnitud increíble. ¡ECUADOR MEGADIVERSO, NO MEGAMINERO!

BIBLIOGRAFÍA

Alvarado, Ana Cristina. “Ecuador: proyecto minero Mirador genera nuevas amenazas de desalojo en Tundayme”. 28 Abr 2022. Mongabay. https://es.mongabay.com/2022/04/ecuador-proyecto-minero-mirador-genera-amenazas-de-desalojo/.

Diapositiva Frente Nacional Antiminero
https://repositoriointerculturalidad.ec/jspui/bitstream/123456789/2962/1/MemoriaFinal.pdf.

Geoportal de Catastro Minero. 2024. Agencia de Regulación y Control Minero. Ministerio de Energía y Minas del Ecuador. https://arcmineria.maps.arcgis.com/apps/webappviewer/index.html?id=27bfda03ce4342b3834a27010da857e5.

INREDH. “Grave riesgo en el Proyecto Minero Cóndor Mirador: científicos y comunidades advierten sobre potencial ruptura y derrame de las relaveras”. 27 de octubre de 2023. https://inredh.org/riesgos-mineria-condor-mirador/.

INREDH. “Mirador, La primera megamina del Ecuador continúa su proyecto de despojo. CASCOMI está en riesgo de perder la casa comunal ‘Ayllullacta Wasi’”. 20 de mayo de 2024. https://inredh.org/mirador-la-primera-megamina-del-ecuador-continua-su-proyecto-de-despojo-cascomi-esta-en-riesgo-de-perder-la-casa-comunal-ayllullacta-wasi/.

Autores
Maholy Gabriela Garcés Guatatuca

Maholy Gabriela Garcés Guatatuca

Soy joven indígena kichwa amazónica, cumplí los 24 años y vivo en la comunidad de Unión Base, ubicada en la provincia de Pastaza-Ecuador. Mi infancia en la comunidad fue linda por haber crecido rodeada de tías y tíos defensores de nuestros territorios la que me ha servido de mucha ayuda para continuar con los legados de convivencia comunitaria y colectivos. Mis estudios de primaria estudie en la escuela de la comunidad, la secundaria la continue en la unidad educativa bilingüe Amauta Ñampi ubicada en el centro de la ciudad de Puyo, de aquellos espacios con visión y misión comunitarios, reivindicativos me permitió seguir conectada con mis raíces, conocimientos ancestrales y organizaciones sociales que han luchado por las derechos de la naturaleza, de nuestras tierras que son espacios vulnerables al no tener voz. La universidad la cursé en la Estatal de Bolívar ubicada en la cuidad de Guaranda en la cual estudie comunicación social hasta el 4 semestre por varios factores encontrados en el transcurso de la carrera tuve que obtar por pausar la carrera y estudiar la carrera agroecología que me permite estar cerca de mi hogar. Pero cuento con una base de conocimientos y pasión por la labor comunicacional, la cual he continuado con las actividades como comunicadora comunitaria siendo un apoyo para llevar las voces hasta otros espacios y de múltiples maneras de aquellos lugares a donde no se conoce las realidades complicadas. No soy comunicadora de profesión, pero tengo mucho amor por todo el trabajo que he podido realizar.

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