La etimología sutil de la lengua Maya

IIK'NAJ foto: Haizel De la Cruz

Es la primera lluvia de la temporada que terminó de caer en la comunidad, habían pasado cinco días desde que acabaron de hacer el meeyjul Yuum iik’[1] conocido como Ch’a’acháak[2], los campesinos no podían controlar la sonrisa mientras se miran de frente, las mujeres parecen mirar en su cocina a alguien destapando una caja con regalo para ofrecerles, sus ojos y sus labios no logran contener la expresión de su emoción por el aroma de tierra mojada que brota alrededor de la casa.

El campesino maya de mayor edad bajó de su ka’anche’[3] unas mazorcas bien conservadas en su propio ropaje por ser de buena sazón para la semilla. Antes de quitarle el jolo’och[4] a la primera, dirigió su mirada hacia el oriente mientras decía, ja’alibe’ Yuumtsile’ex ts’o’ok u k’uchul u k’iin a bine’ex tu ka’téen yáanal lu’um, ich naj tu’ux péeknaje’ex, a wiik’e’exe’ bíin suunak junkúul chan ya’ax nalil, ¡Yuum iik’naj, bíin wíinikchajakech tu ka’téen tu méek’ x ki’ichpan lu’um![5]

Llama la atención que las palabras que profiere este nojoch wíinik[6] las dirige a la mazorca, a las mazorcas; les llama Yuumtsile’ex[7], o sea padres creadores, les anuncia la siguiente etapa de la vida que ha sido preparada por la lluvia que ha caído, esto es, ir de nuevo bajo tierra de donde habían venido para renovar la vida bajo una nueva forma y un nuevo color, pero además les pronostica un buen crecimiento, pleno, saludable, hasta de grandeza al ser tocados y empollados en el regazo de la hermosa tierra. En esta escena está ausente un cuadro cristiano, no se reza a un dios, ni a la virgen ni a alguna deidad indoeuropea, más bien, hay un diálogo entre semillas, la primera tiene forma humana y la otra forma de maíz, nacen de la tierra y vuelven a ella para renovarse después de que la lluvia haya humedecido e incensado el ambiente. Es un paisaje de la creencia o filosofía maya.

Este anciano que preparaba su semilla de maíz para sembrar su milpa al despuntar el alba, es en sí mismo un granero de la lengua maya, es un granero de la cultura, cada uno de sus saberes es un grano de maíz, entre su carne y la carne del maíz acontece un encuentro de semillas, de alientos, de vidas; sus cuerpos son casas de un iik’[8], cada uno de ellos son iik’naj [9] que se preparan entre sí para regresar a la tierra decididos a germinar como una auténtica energía, es decir, un iik’.

La palabra i’inaj [10] es comúnmente traducida al castellano como semilla. De acuerdo a la invocación de este nojoch wíinik maya, (granero de la lengua y la cultura de la comunidad) al parecer este término ha sufrido una pérdida como muchas otras palabras que se economizan o contraen en la lengua maya al usarse en la cotidianidad de la comunidad donde la importancia es comunicarse entre sí y no un análisis de la lengua o la correcta pronunciación de las palabras, este hombre mayor es un nojoch wíinik de la comunidad, él dijo iik’naj[11] en vez de i’inaj, esta última palabra, al parecer está mutilada, por la forma de su pronunciación en la cotidianidad como algunas otras, por ejemplo e’joche’en en vez de  eek’joch’e’en[12]; la otra es e’same’en en vez de eek’same’en[13],  es parecida a la anterior, una más es ok’ol[14], cuando se dice táan in wo’tik es perfectamente comprensible que se está diciendo lo estoy llorando, aunque lo correcto debe ser táan in wok’tik[15], es preciso notar la mutilación de la (k) por economizar a través de una contracción este término. En ambos casos se pierde el sentido o la raíz del término en la primera expresión, en tanto en la forma completa o correcta se percibe con claridad el origen, así es como lo podemos dividir, eek’+joch’e’en = oscuro, negro el lugar. Eek’+same’en = oscuro claro el ambiente. Ok’+óol para llorar, que es muy probable que venga de ok’om y óol que sería tristeza de mi ser. Estas palabras también retan a estudiarlas para encontrar su raíz y descifrarlas plenamente.

I’inaj no tiene un sentido claro, solo sabemos que es un sustantivo que se traduce al español como semilla, una revisión hecha a la ligera apegándose únicamente la composición lingüística sin considerar el aspecto cultural podría descomponerse como i’+naj que se puede entender como gavilán-casa o casa del gavilán;  pero si hacemos un análisis cultural y recuperamos la parte de su cuerpo que le ha sido mutilado y recurrimos al nojoch wíinik (semilla de la comunidad) que preparaba su semilla de maíz para sembrar, entonces diríamos con él, iik’naj que es lo que realmente adquiere sentido, iik’+naj, (viento-energía-vida+casa). Para el milpero maya, para el sembrador, para la comunidad maya, la semilla es una casa de la energía, es la casa de la vida. Una semilla es semejante a nosotros, a nuestro cuerpo vivo, somos casa de la energía, del aliento, de la vida, por eso abrimos la tierra para brotar como una planta de maíz, nuestros hermanos nos preparan también para la siembra cuando la tierra ofrenda su aroma a mojada.

Iik’naj es como término, hermano de la palabra ik’ilt’aan[16] que se traduce al castellano como poesía, se puede presentar así iik’(il)+t’aan que en español sería literalmente viento-energía-vida+palabra-voz-lengua, es decir palabra de energía, de viento o de vida. Si revisamos con un poco más de cuidado esta palabra ik’ilt’aan está compuesta de iik’= energía +il= infijo que marca locativo y gentilicio +t’aan que es voz, palabra o lengua; la palabra que es casa de la energía, del viento y de la vida. Iik’+naj es entonces energía-casa o casa de la energía.

Iik’naj se va transformando para darnos pensamiento, para darnos significados, para producir semióticas, por eso cuando la planta de elote comienza a espigar decimos en maya táan u wáach’al u yi’ij[17], literalmente se está desamarrando su y+i’ij. La (y) es un prefijo que acompaña a muchos términos en maya que empiezan con vocal para darle un sonido estético, entonces si lo separamos nos quedamos con i’ij que es el mismo término que encontramos en i’i+naj, si i’ij es equivalente a iik’ para construir iik’+naj entonces lo que se dice, es que la espiga de la planta del elote es su aliento, es su viento, es su vida.

 En la misma lógica estaría la palabra niik[18] que se traduce al castellano como polen, si separamos la (n) de iik, o sea n+iik, nos encontramos de nuevo con el mismo término o raíz que es iik que bien puede ser iik’ que significa viento-energía-vida, entonces cuando la espiga suelta su polen o derrama su polvo, en realidad lo que está haciendo es rociar de vida, de aliento o de energía a las pequeñas mazorcas para que se conviertan en wíinik, en seres maduros, es decir darles el hálito o aliento de vida. Así mismo si descomponemos el término wíin+ik que bien puede ser wíin+iik’, que podría traducirse al castellano como cuerpo de energía-viento o vida, es decir, semilla. Hay que recordar que wíinik es la palabra que se emplea para referirse a una persona, hombre o mujer, que ha alcanzado una trascendencia moral reconocida y respetada por la comunidad por su ejemplo de vida personal, familiar y comunitaria.

I’inaj es iik’naj. La voz iik’ en el pensamiento maya no puede ser reducida a la simple traducción de viento como comúnmente se ha hecho, puede ser traducida en por lo menos cincuenta formas, pero no es el tema de este breve texto, lo que queremos dejar para la atención de quienes nos atrevemos a hacer una arqueología de nuestras palabras y de nuestra lengua es una señal de este término tan significativo para nuestra creencia, para nuestro pensamiento, para nuestra memoria y para nuestra historia.    


[1] Trabajo comunitario o colaborativo con el viento o energía creadora.

[2] Celebración ritual que va en busca de la lluvia.

[3] Granero.

[4] Cáscara de la mazorca.

[5] ¡Bueno, padres creadores! ha llegado el momento de que regresen de nuevo debajo de la tierra, en la casa de donde han venido, su aliento se convertirá en una plantita verde de elote, ¡Padre Viento-Casa, volverás a ser la persona más respetada de nuevo en el abrazo de la hermosa tierra!

[6] Gran personaje con trascendencia moral reconocido como un granero comunitario por sus conocimientos relevantes

[7] Padres creadores.

[8] Viento, energía y vida, ser viviente.

[9] Casa de vida.

[10] Semilla.

[11] Viento-energía-vida+casa. Energía-casa o casa de la energía.

[12] Oscuro, negro el lugar.

[13] Oscureciendo. Oscuro claro el ambiente.

[14] Llorar. Tristeza de mi ser.

[15] Estoy llorando.

[16] Poesía. Viento-energía-vida+palabra-voz-lengua, es decir palabra de energía, de viento o de vida.

[17] Se está desamarrando su espiga (viento).

[18] Polen. Viento-energía-vida, rociar de vida.

Autores
Pedro Uc Be

Pedro Uc Be

Pedro Uc Be es un defensor maya del derecho a la tierra y el territorio, escritor en lengua maya, traductor, docente, promotor cultural y defensor del territorio maya. Como integrante de la Asamblea de Defensores del Territorio Maya Múuch’ Xíinbal y el CNI (Congreso Nacional Indígena), se ha dedicado a proteger las tierras de los pueblos mayas afectadas por mega-proyectos, incluidos la soya transgénica, las granjas porcícolas, las plantas de energía renovable, el turismo de alto impacto y el Tren Maya, el cual pretende ser un tren turístico y regional que atravesaría los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo. Mediante su trabajo como defensor de los derechos humanos, Pedro Uc Be invita a las comunidades a reflexionar de manera crítica y a revalorar la cultura y la legua maya,  y sobretodo les informa sobre sus derechos a la tierra como pueblos originarios.

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